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Los dos policías imputados por insultar y golpear a una joven niegan los hechos

el 07 mar 2012 / 16:40 h.

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Los dos agentes de la Policía Nacional imputados por insultar y  agredir supuestamente con golpes y pisotones a una joven ,  identificada como M.R.L., que había ido a denunciar el robo de su  bolso a la comisaría ubicada en la Alameda de Hércules, y que terminó  esposada y detenida en los calabozos de la comisaría de Blas Infante,  han negado este miércoles los hechos y han asegurado que "usaron la  fuerza mínima para reducirla" después de que le quitara la placa a  uno de los agentes.  

Durante su declaración como imputado en el Juzgado de Instrucción  número 20 de Sevilla, uno de los agentes ha asegurado que la joven,  que se encontraba "muy alterada", fue a comisaría a denunciar que le  habían robado el bolso durante un concierto y, en un momento dado,  entró en la garita de seguridad donde se encontraba él junto al otro  compañero también imputado, cuando esa garita "es una zona  restringida".  

Según el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso Europa  Press, el imputado ha dicho que, en ese momento, su compañero salió  de la garita con la joven, y ahí "no ve lo que ocurre entre su  compañero y la chica, pero sí lo escucha", añadiendo que la joven  "los acusó de que le han robado la bicicleta porque se están tocando  los cojones, como se demuestra porque se están tomando un bocadillo y  viendo una película", todo ello "mientras se tocaba sus partes  íntimas haciendo gestos obscenos".

En un momento dado, la denunciante "le arrancó" su placa y, al  intentar recuperarla, "se produjo un forcejeo entre ambos, cayendo  los dos al suelo, donde ella le propina arañazos y patadas", punto en  el que ha negado también que le faltara al respeto en algún momento  de su actuación, pues además "no es cierto que le cogiera de los  pelos y la tirara al suelo, sino que cayeron al suelo debido al  forcejeo".  

Tras ello, y cuando el agente "estaba a punto de recuperar la  placa, ella la tiró a la calle", momento en el que, junto a su  compañero también imputado, procedieron a su detención, tras lo que  la llevaron hasta el centro de salud de Carretera de Carmona, donde  "se volvió a poner agresiva, levantándose la falda y haciéndoles  comentarios obscenos". Desde allí se dirigieron a la comisaría de  Blas Infante "por el camino que utilizan habitualmente y que es más  rápido".  

"MUY NERVIOSA"


Una vez en comisaría, y según la declaración de este policía, "se  le pregunta a quien quiere que se le comunique su detención, a lo que  contestó: a tu puta madre", momento en el que "le escupió",  declaración que ha sido ratificada por su compañero, quien ha añadido  además que la joven "estaba muy nerviosa y con síntomas de  encontrarse bajo los efectos del alcohol", y dicho que "no le faltó  al respeto ni profirió ninguna frase vejatoria" contra ella.  

Según este segundo agente, que ha negado que le pusieran la porra  en la espalda para inmovilizarla, la denunciante mostraba una actitud  "desafiante y provocadora", y ha subrayado que para reducirla "usaron  una fuerza mínima", por lo que las lesiones "son de haberse caído al  suelo y de los grilletes".

El Juzgado de Instrucción número 20 ha acogido este miércoles la  declaración, como testigo, de la amiga que acompañaba a la  denunciante, que ha ratificado su declaración. En la denuncia,  aseguró que sobre las 00,30 horas del 21 de junio de 2011 le robaron  el bolso en un bar de la Alameda de Hércules llamado 'La Guarancha',  tras lo que en compañía de una amiga acudió a la comisaría para  denunciar los hechos, donde fue atendida por un policía que incluso  se ofreció a cortar el candado de la bicicleta de la denunciante para  que pudiera marcharse a casa.  

Tras ello, el agente fue a buscar "algún aparato" para cortar  dicho candado, pero "viendo que el funcionario tardaba en regresar"  la denunciante se dirigió a dos policías, "uno moreno y otro castaño  de ojos juntos", que estaban en recepción "mirando una película, con  los pies en alto y comiéndose un bocadillo", por lo que "ante tal  aspecto de desocupados les preguntó cuánto tiempo creían que podía  quedarle a su compañero para volver".  

Ante tal pregunta, el agente "de cabello moreno" le contestó que  "él qué sabía", por lo que "ante la mala contestación" la denunciante  se dio la vuelta y le dijo a su amiga "ya les vale, podían parar de  comerse el bocadillo y atenderme como deben", lo que motivó que los  dos agentes "se levantaran, salieran de la habitación de recepción y  le gritaran desde atrás '¿qué has dicho?'", utilizando además  palabras malsonantes.  

Así, la joven "le dijo que no podía hablarle a una ciudadana de  ese modo y le pidió el número de identificación", pero el agente "se  llevó la mano al pecho, tapando el número y diciendo 'Yo a ti no te  enseño nada', tras lo que cogió el número de identificación por una  esquina e intentó quitárselo para impedir que pudiera verlo", ante lo  que la denunciada, "antes de que se quitara el velcro, lo cogió de la  misma esquina de la que él estaba tirando y volvió a pegárselo en el  pecho".  

"ESTAMPADA" CONTRA LA PARED

Según la denuncia, el agente "le cogió por el pelo por detrás y le  gritó 'tocar a un policía es atentado', tirándola al suelo" , donde  "se le echaron encima varios policías nacionales más, recibiendo  golpes y pisotones por todo el cuerpo", e incluso "la estamparon  contra la pared y la esposaron". Una vez esposada, tres agentes la  llevaron a la sala de denuncias, lugar de donde "el policía moreno y  el castaño la sacaron esposada".  

Tras ello, "y sin decirle a dónde la llevaban, la condujeron hasta  el sótano con las luces apagadas" y subieron a un coche en el cual la  trasladaron hasta un hospital, donde llegaron "y el policía castaño  la esposó con las manos por detrás y la llevó algunos metros con la  porra metida por la espalda". Después de llevarla al médico,  "volvieron a subirla al coche y, al quejarse de las esposas, el  policía moreno se las apretó un poco más".  

Así, salieron de Sevilla y, "una vez en las afueras, encendieron  una potente luz en la zona de los asientos traseros mientras se  fumaban un cigarrillo", para a continuación "tomar una carretera  secundaria, sin iluminar, y estar dando rodeos 20 minutos antes de  llegar a la comisaría de Blas Infante", donde los policías imputados  la condujeron hasta una sala.  

"COMO NO TE CALLES TE VOY A PARTIR LA CARA"

Allí, "el policía moreno se le quedó mirando fijamente y, al  preguntarle la denunciante por qué la estaba mirando así, le dijo  'estoy haciendo la descripción de tu cara, estás muy seria, ¿por qué  no me sonríes un poquito y te pones más guapa?', mientras que, "al  requerirle varias veces que quería un abogado", el segundo de los  agentes le dijo 'compórtate o te voy a meter en la celda con la peor  compañía posible'".

Según la denunciante, en una de las ocasiones uno de los agentes  "se levantó, golpeando la mesa con las manos, y le gritó 'como no te  calles ya te voy a partir la cara, so puta', amenaza ante la que la  denunciante se calló". Tras tomarle declaración y filiarla, la  llevaron al calabozo y, antes de meterla en el mismo, uno de los  policías gritó 'metedla en la celda de las ratas', y concluyó con un  'adiós amiguita'".  

Tras finalizar su declaración en sede judicial y ser puesta en  libertad, la denunciante acudió al centro de salud de El Porvenir  para ser explorada, presentando lesiones en ambos brazos y hematomas  en ambas muñecas y en las rodillas, así como en la cara externa del  muslo derecho y en la región costal izquierda.  

La denunciante considera que los hechos relatados pueden ser  constitutivos de un delito contra la integridad moral, otro de  detención ilegal y varias faltas de lesiones.

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