El Sevilla se ha aliado con los elementos en esta Copa del Rey, con los elementos y con sus estrellas, responsables de que el conjunto nervionense esté con un pie y medio en la séptima final de la era Del Nido. Los elementos son el sombrero talismán del presidente y la lluvia, presente en cada eliminatoria copera. Habrá que ir citando a alguna borrasca por si acaso para mayo. Sus estrellas son Palop, ídolo ante el Barcelona, Negredo, protagonista en Riazor, y Luis Fabiano, goleador ayer ante el Getafe abriendo el marcador. Y Navas, claro, presente siempre. Las estrellas y los elementos convirtieron ayer un partido de ida de semifinal peligroso en un excelente resultado y una vuelta que puede llegar a ser hasta plácida. Veremos. ¿Y el cambio de Manolo Jiménez?
Resulta que en el sevillismo hay dos claras corrientes sobre el técnico del Arahal. Está la que asegura que el Sevilla sigue en la elite pese a Jiménez, merced a la calidad de sus estrellas. Y está la opuesta, la que considera que el Sevilla sigue en la elite gracias al técnico. Ayer Jiménez sacó pecho y aseguró que, igual que acertó ante el Getafe, lleva acertando mucho tiempo, de ahí la buena clasificación del equipo y el buen papel los dos últimos años en la Copa del Rey.
Pues esta aseveración permítanme también dividirla en dos partes, la posiblemente cierta y la probablemente errónea. Claro que Jiménez acierta, y acierta mucho más que falla, que también. Y por eso es técnico del conjunto nervionense y por eso logró una gran clasificación liguera la pasada temporada. Pero no fue el de ayer uno de los días en los que acertó. Anoche se equivocó de pleno, de pleno en el planteamiento, que le pudo haber costado la eliminatoria, y de pleno en la forma de afrontar el partido. Luego rectificó. ¡Qué menos! Pero el que acertó, el que de verdad cambió el partido, fue Luis Fabiano. Y gracias a que Luis Fabiano es del Sevilla los hispalenses ya se ven en una nueva final.