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Los embalses acumulan la mayor reserva de agua desde el año 2004

La Aemet prevé que no se repetirá la intensidad de las lluvias de otoño de 2010, que han propiciado este registro histórico.

el 01 oct 2011 / 21:11 h.

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El elevado volumen de agua embalsada obligó a desembalsar en el embalse del Gergal con la llegada de las primeras lluvias.

Los embalses sevillanos encaran el año hidrológico -que arrancó ayer- con las mayores reservas de agua desde que se superó la última gran sequía, hace ya una década. Los embalses de Emasesa que abastecen al área metropolitana de Sevilla se encuentran incluso más llenos que hace un año -cuando se batieron todos los registros de captación de agua por la intensidad de las lluvias-, alcanzando el 90,6% de su capacidad con 357,8 hectómetros cúbicos, levemente superior a los guarismo de finales de septiembre de 2010, donde estaban al 90,3%.

Los embalses registran, por lo tanto, de los mejores datos desde 1990, sólo superados por los registrados entre los años 2002 y 2004, cuando el volumen de agua embalsada apta para el consumo era mayor porque se incorporó a los cuatro embalses de Emasesa (Aracena, La Minilla, Zufre y Gergal) el pantano de Cala, que sólo se utiliza para ese fin en periodos de sequía. Con la aportación del Cala, se alcanzaron los 453,67 hectómetros cúbicos en el año 2004.

Pero la mejor noticia de estos datos, hechos público por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural (MARM), es que se continúa con la situación de bonanza acuífera que se inició a finales de 2009, cuando los embalses de Emasesa estaban al 52% y se sobrepusieron gracias a las fuertes precipitaciones. Eso permite que casi dos años después se encare el nuevo año hidrológico con una garantía de abastecimientos para más de tres años.

Estos niveles de agua históricos no sólo benefician a Emasesa, sino a toda la provincia. Los 31 embalses de Sevilla están en su conjunto al 78% de su capacidad (773 hectómetros cúbicos de los 991 disponibles). A finales de septiembre del año 2010 se encontraban al 76,79%, es decir, ligeramente por debajo de esta cifra. Si se compara ese dato con la media histórica -agua embalsada esa misma semana en los últimos diez años- el panorama se torna más favorable, pues es del 49,05%. Lo normal para estas fechas es por tanto que apenas se alcance la mitad de la capacidad de los embalses, y ahora se superan los tres cuartos.

Esta situación viene motivada por las precipitaciones que se han producido en Sevilla, periodo considerado como lluvioso por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en boca de su delegado en Andalucía, Luis Fernando López Cotín. Aunque el verano ha sido muy seco, con precipitaciones un 35% por debajo de lo normal y apenas un par de episodios leves, el principio del año hidrológico pasado -otoño de 2010- acusó fuertes lluvias que han salvado el nivel de los embalses.

Los datos de la Aemet muestran que en los últimos 12 meses se recogieron en la provincia casi 666 milímetros -litros por metro cuadrado- de lluvia, estando la media de los últimos 30 años en 534. Eso supone casi un 25% más para el recién clausurado año hidrológico 2010-2011, en el que los meses de noviembre, diciembre y abril fueron especialmente lluviosos. Como nota anecdótica, los técnicos de la Aemet comentan que en cualquier caso está lejos del año 1961-62, en el que se recogieron 1.113 milímetros, máximo histórico desde que se recogen esos datos (empezó en 1951).

A nivel andaluz se mantiene prácticamente idéntico el porcentaje del 25% por encima de los valores medios en precipitaciones que se registró en Sevilla, dándose este año la circunstancia de que "en el sur ha llovido más que en Galicia", según la Aemet. Acto seguido, sobre la previsión para el otoño entrante, señaló que "se espera que sea dentro de los valores medios". Eso supone menos lluvias que en otoño de 2010.

Desglosando los datos por estaciones, se observa que en Sevilla llovió más de lo normal en otoño y primavera y menos en invierno y verano. En el otoño del año hidrológico recién concluido, octubre fue un mes "húmedo", mientras que noviembre y diciembre alcanzaron el calificativo de "muy húmedos", con cifras ampliamente superiores a sus valores medios. Algo similar ocurrió en primavera, aunque en verano las lluvias se esfumaron casi totalmente del cielo de la ciudad, recogiéndose apenas 20 milímetros en dos frentes que pasaron a principios de julio y septiembre.

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