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Los embalses están en los niveles más altos de los últimos diez años

Emasesa garantiza que habrá agua para los próximos tres años y medio tras tener sus pantanos al 95% de su capacidad.

el 14 ago 2011 / 19:40 h.

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El embalse del Gergal, el más pequeño de los cuatro de Emasesa, ha sido el que más ha crecido en proporción.

Agua, agua y más agua. Los embalses sevillanos viven el mejor de sus momentos de la última década. Los niveles de reserva de agua de Sevilla han experimentado un crecimiento tal en los últimos años que sus embalses muestran sus mejores cifras veraniegas, estando al 95% de su capacidad total, lo que se traduce en 374 hectómetros cúbicos de agua, incluso estando en un mes especialmente caluroso para la provincia. El agua embalsada en estos momentos garantiza el abastecimiento de la población sevillana para tres años y medio.

Estos son los datos desprendidos de las mediciones de los pantanos pertenecientes a la Empresa Metropolitana de Aguas (Emasesa) como son el embalse de Aracena, de Zufre, de la Minilla y del Gergal. Y eso sin contar con el embalse de Melonares, que se pondrá en servicio a partir de 2013 y que hará olvidar definitivamente los periodos de sequía del pasado. Valorando la capacidad total de los cuatro embalses, Emasesa presenta el nivel más alto de los últimos diez veranos, con un 95%, récord que comparte con el mismo mes de 2010. La cifra más aproximada se logró en 2002, cuando los embalses estaban llenos al 90%. La situación más crítica llegaría en 2006, ya que la red de Emasesa disponía de la mitad del agua que podía almacenar.

De los cuatro embalses de la red, el de Zufre es el mayor en capacidad y de los más beneficiados en cuanto a su reserva, ya que está lleno al 98%. Echando la vista atrás diez años, presenta la misma cantidad de agua, aunque en 2006 la sequía hizo estragos dejándolo tan sólo a un 32% de su capacidad. Mientras, el pantano de Aracena, que se mantiene al mismo nivel de llenado que el de Zufre, sí ha experimentado un aumento del 3% de agua respecto a agosto de 2001.

El embalse que más ha crecido en estos diez años ha sido el Gergal, el más pequeño de los cuatro, que pasó de estar al 44% de su capacidad en 2001, a situarse en el 86% en lo que llevamos de mes. Aunque, tomando como referencia agosto de 2010, presenta un descenso del 7% en su almacenamiento de agua. Es el embalse receptor del excedente del resto de pantanos.

La situación de bonanza acuífera actual proviene sobre todo de finales de 2009. Mientras en agosto de ese año el nivel de los pantanos no superaban el 69%, las lluvias caídas a partir del 18 de diciembre aumentaron las reservas de los embalses un 34%, lo que supuso un aumento de 129 hectómetros cúbicos en total. El pantano de Aracena fue el que más creció entre los meses de agosto de 2009 y 2010. El fuerte temporal que azotó la provincia durante el primer trimestre del año le dejó un 46% más de agua.

Las temperaturas suaves, dentro del calor inherente de la provincia, registradas durante el mes de julio se han hecho notar en un descenso de entre el 1 y el 2% desde mediados del mes pasado, ya que el nivel de evaporación del agua es menor. El embalse que más descendió fue el de La Minilla, con un 2%.

A pesar de ser un mes en el que las malas pasadas que juega el calor nos obliga a utilizar más agua de la normal, la conciencia de ahorro del líquido elemento lleva años instalada en las mentes de los ciudadanos. No por tener más agua hay que gastar más. Podría ser la frase que se repitan muchos sevillanos a sí mismos cuando se habla del abastecimiento.

Pero esta tendencia no viene de la nada. En las dos últimas décadas el consumo de agua ha caído en picado. Las temidas sequías que sufrió la provincia años atrás han calado en los consumidores, que se lo piensan dos veces antes de dejar algún grifo abierto. Años secos como fueron 2005 y 2006, o las restricciones de agua que hubo en Sevilla durante 1995, quedan en la memoria y apuntan hacia un consumo responsable. Las cifras lo demuestran: de los 176 litros que se gastaban por persona y día en 1991, se ha pasado a los 123 litros que se contabilizaron en 2010. Además, el esfuerzo de Emasesa por reducir las pérdidas de agua ha contribuido a esta cifra.

Esta concienciación del ahorro se perfila como otra de las razones, además de los abundantes temporales de lluvias, que explicarían los niveles insólitos registrados hoy en día en los pantanos.

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