Supuestos milagros, maldiciones en torno a un robo sacrílego, apariciones sorprendentes? Dos cronistas del misterio recopilan en un libro los "enigmas de la Semana Santa": más de 30 historias, relatos y leyendas misteriosas que tienen como base la Semana Grande de la ciudad.
José Manuel saca cada Miércoles Santo la Bandera Pontificia en la cofradía del Cristo de Burgos y Jordi es de los que vibran con cualquier entrada en Campana de una hermandad trianera, por lo que ninguno de ellos resulta sospechoso de pretender airear una imagen frívola de la fiesta religiosa por excelencia de la ciudad. Después de varios años de sesudos estudios y recogida de datos, José Manuel García Bautista y Jordi Fernández, dos investigadores de sucesos paranormales, han recopilado dentro de su magna obra Guía secreta de Sevilla los "enigmas de la Semana Santa", un fenómeno religioso que nunca antes había sido objeto de tan enigmática aproximación.
Los autores de Guía secreta de Sevilla dedican, en concreto, el tercer tomo de su trabajo, que acaba de salir al mercado, a adentrarse en una de las zonas más oscuras de la historia de las cofradías sevillanas, la relacionada con el misterio. Y la verdad, no siempre han encontrado plena disposición por parte de las cofradías: "Ha sido una investigación dura toda vez que muchas hermandades han preferido desmarcarse de este tipo de fenomenología, pero los hechos y los acontecimientos marcan su veracidad", sostienen los autores. En total, se recogen más de treinta historias, relatos, leyendas, hechos misteriosos, inexplicables y curiosos acerca de la Semana Santa, sus hermandades, imagineros insignes o titulares de cofradías.
Varias de estas historias "serían difíciles de encuadrar dentro de un punto de vista científico, por lo que han merecido estar en este capítulo del libro". Una de ellas habla del robo sacrílego de una preciada reliquia en la iglesia de San Martín. "Era una espina de la corona de Cristo que, decían, curaba al enfermo con su poderes. En 1657 y al abrigo de la noche, unos ladrones la robaron de casa del sacerdote Agustín de Herrera. La ciudad lloró la pérdida y estuvo muchos años desaparecida hasta que fue devuelta al lugar del robo ya que los ladrones y sus familias sufrían penas y males perseguidos por la maldición que obraba a quien robara este objeto de culto".
Otra curiosa historia habla de un milagro en torno a la aparición de un Cristo yacente. El suceso se sitúa junto a la Puerta de Hércules, donde vivía una anciana paralítica que veía pasar sus días postradas en su lecho. "La anciana vivía aletargada hasta que un día los primeros rayos del alba iluminaron una de las paredes de la estancia, descubriendo ante su atónita mirada un hueco en la pared. Unos ladrillos se habían caído y habían descubierto una hoquedad en cuyo interior se encontró la imagen de Cristo yaciendo tras su muerte... La visión hizo que nuestra protagonista se levantara sobresaltada y caminara constituyendo un milagro".
Hasta de apariciones sorprendentes se habla en el libro. "En el santuario de María Auxiliadora murió un religioso de la orden y se procedió a enterrarle en un lugar próximo a las sagradas cárceles. Tras ser inhumado, un hecho sorprendió a todos: el cuerpo aparecía desenterrado cada mañana como si una fuerza misteriosa se apoderara de su cadáver y despertara todas las mañana sobre el frío suelo... Aquel cuerpo, por decisión de los religiosos, fue sepultado en otro lugar, ya que "no era voluntad de Dios que descansara allí".
Y así otras tantas historias del más allá cofradiero hasta completar la obra.
