Blanca Portillo protagonizó el pasado viernes, sin quererlo ni saberlo, la primera fusión artística de teatro clásico y música procesional. En el momento cumbre de La vida es sueño, la obra que representa esta semana en Sevilla la Compañía Nacional de Teatro Clásico, cuando su personaje, Segismundo, ponía la piel de gallina al público que abarrotaba el Lope de Vega con aquello de “¿qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción”, cuando sólo el silencio debía acompañar al inmortal texto de Calderón de la Barca... Cornetas y tambores de fondo. Los ensayos de las bandas de Semana Santa, que se desarrollaban a escasos metros de allí, se colaron estentóreamente en el escenario. La función siguió. Y la actriz, imperturbable, continuó aunque los espectadores pudieron percibir que aquel sonido no se parecía en nada a la banda sonora barroca que adornaba este montaje.No es la primera vez que ocurre. El Ayuntamiento cedió a finales de 2011 las antiguas caracolas de Derecho, situadas en el entorno del Casino de la Exposición, al Consejo de Bandas, pasando a denominarse aquella zona Complejo Musical de la Madrina. Allí practican las formaciones desde las 20.30 horas, justo el horario en que comienzan las representaciones en el Lope, una coincidencia que suele darse los jueves y viernes –los fines de semana no hay ensayos–. El director del teatro, Juan Víctor Rodríguez Yagüe, explicaba ayer a El Correo que estas situaciones no ocurren habitualmente, si bien reconoció que ya había pedido a las bandas que allí tocan que procuren respetar los horarios de las funciones para no molestar durante la representación: “No se han dado muchas quejas por esto, no es un problema habitual, sino algo puntual.
Pudo sonar un poquito, pero ya hemos avisado a las bandas”. Por su parte, el presidente del Consejo de Bandas, Julio Vera, dijo ayer a este periódico que no tenía conocimiento de que se produjeran estas molestias, aunque admitió que los horarios de los ensayos coinciden con los del teatro municipal. “Han tocado muchas veces durante las funciones y nunca he tenido quejas, aunque estudiaremos qué ha podido pasar”, aseveró.Vera explicó que las bandas seguirán ensayando en ese complejo mientras el Ayuntamiento no retire las caracolas de allí, algo que no parece cercano, a su juicio, por el coste económico que supondría. Cabe recordar que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, prometía en su programa electoral eliminar esos edificios para crear un gran parque central metropolitano, un proyecto que pretendía recuperar este espacio de la Exposición Iberoamericana y que estaba comisariado por Soledad Becerril.
El Consejo de Bandas sigue padeciendo la falta de espacios para el ensayo de las 27 formaciones que lo componen. Están pendientes de que el Ayuntamiento les ceda el uso del antiguo conservatorio de la calle Becas y de una solución definitiva a su falta de espacios. El Consistorio les ha concedido una ayuda de 75.000 euros para alquilar naves donde practicar. “Estamos muy agradecidos al Gobierno municipal, que además tiene disposición, pero eso no es suficiente. Necesitamos una solución definitiva”.
