La reacción del Sevilla se ha visto interrumpida por un partido gris en el que no pudo superar a su rival en ningún momento, pero en el que tampoco fue demasiado inferior. Al final, como casi siempre, dos goles con mayor dosis de demérito sevillista que de acierto del contrincante, inclinaron la balanza. Cuando Manzano ya parecía haber encontrado la pareja de centrales definitiva, dos errores de Fazio -que marcó en propia puerta- y de Escudé -que hizo un penalti absurdo- sepultaron las opciones de los nervionenses.
Sólo Martín Cáceres, sustituyendo a Dabo, se convirtió en novedad con respecto a los onces iniciales de los últimos tres partidos. Manzano ha demostrado en su estancia en Sevilla ser un obsesivo de las rotaciones, pero ha prescindido de ellas quizás en el momento menos indicado, en una semana en la que el equipo se jugaba el pan y la sal con tres jornadas ligueras seguidas. Pese a todo, la gran novedad fue la suplencia de un Palop ya recuperado. Las buenas prestaciones de Javi Varas parecen haberle otorgado la camiseta de titular. El de Pino Montano tuvo ayer otra buena actuación, ya que no pudo hacer nada en los goles recibidos. El colmo de los infortunios llegó en forma de lesiones en la vanguardia. Negredo apenas duró un cuarto de hora y Luis Fabiano tuvo que retirarse en el 70’.
