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Cultura

Los 'Espacios de ánimo' de Lucadamo llegan a Sevilla

El artista argentino Papín Lucadamo expone desde hoy por primera vez su obra en Sevilla, y lo hace con la muestra Espacios de ánimo, una veintena de pinturas y grabados que muestran su decidida incursión en la abstracción. Un óvalo es la constante que se repite a lo largo de todas las obras que el artista argentino Papín Lucadamo expone desde hoy en las paredes del hotel EME Fusión.

el 15 sep 2009 / 05:04 h.

El artista argentino Papín Lucadamo expone desde hoy por primera vez su obra en Sevilla, y lo hace con la muestra 'Espacios de ánimo', una veintena de pinturas y grabados que muestran su decidida incursión en la abstracción.

Un óvalo es la constante que se repite a lo largo de todas las obras que el artista argentino Papín Lucadamo expone desde hoy en las paredes del hotel EME Fusión. Salpicadas por las distintas estancias del establecimiento, las creaciones de Lucadamo muestran una imagen ovalada que se repite incesantemente para recrear el ánimo del artista de diferentes formas. "Es una espiral obsesiva con una forma hasta que se agota. Es casi un estudio obsesivo sobre una forma que se repite. Todas son diferentes y son la variación sobre mi estado de ánimo", afirma Papín Lucadamo. "En este trabajo hay mucha observación e interiorización de las formas para profundizar en ellas", prosigue.

"El trabajo muestra la relación espacio-tiempo, un clásico en el arte. El espacio es donde enmarcas la figura y el tiempo se muestra en el deterioro del material", dice Lucadamo. De hecho, otra de las constantes de su obra es el distinto grado de oxidación de los metales empleados (pan de oro, de plata, cloruro de hierro...).

Pero en la muestra, compuesta por una veintena de piezas de distintas dimensiones ("En cada caso necesitas el espacio en el que tu cuerpo se mueve", dice), también ha utilizado otras materias, como sales y aceites ("En la diversidad de materias te das cuenta de que todo te da algo").

Con estos materiales, Lucadamo trabajó entre 2006 y 2008 en una colección de pinturas sobre papel de arroz que varían según el estado de ánimo de cada momento. "El papel de arroz es como el papel fotográfico, todo se marca en él y todo influye, la presión, la velocidad del trazado, el tiempo de ejecución...", añade.

Cada una de estas piezas es, según el argentino, "el resultado de una búsqueda expresiva distinta partiendo de una misma forma básica". Lucadamo funde en el lienzo la experiencia estética y artística oriental con una forma que es a un tiempo íntima y universal. El resultado es "un conjunto de obras en los que la misma silueta se declina en infinitos matices de textura, color y sensaciones visuales. Una puesta en liezo de la belleza efímera y tenue de la materia".

La influencia oriental sobre el artista se nota en la técnica pero también en la concepción de este trabajo, que tiene que ver con la búsqueda de una belleza que se aleja de la perfección geométrica del movimiento. Además, este paso hacia la pintura lo realiza a través de la cerámica y de una "necesidad de trabajar con las manos". "La cerámica me ayudó a descubrir una filosofía estética de los objetos defectuosos exaltada por los japoneses (el wabi-sabi), la belleza interpretada en una concepción diferente a la de Occidente, que tira el error. En Japón cree que en el error puede estar la belleza y lo único", asegura Lucadamo.

"Habrá gente a la que esta exposición le diga algo. A mí me gustaría que despertara en el espectador lo mismo que en mí. Que esa materia llegue al espíritu. Ahí se completa el proceso del artista: que alguien quiera llevársela a casa y disfrutar de ella. Mis cuadros realmente los termina el espectador", concluye Papín Lucadamo.

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