El presidente del Sevilla, José María del Nido, dejó una incógnita la pasada semana durante la rueda de prensa que ofreció como despedida del club. En una de sus respuesta a los periodistas, explicó que no quería profundizar en el asunto de la inhabilitación a la que también ha sido condenado por el Tribunal Supremo, además de a siete años de prisión. En el fallo del Supremo se especifica que Del Nido, además de la pena de cárcel, deberá cumplir una inhabilitación absoluta de 15 años. Según el artículo 41 del Código Penal la pena de inhabilitación absoluta produce la privación definitiva de todos los honores, empleos y cargos públicos que tenga el penado, aunque sean electivos. Produce, además, la incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos o empleos públicos, y la de ser elegido para cargo público, durante el tiempo de la condena. Por lo tanto, el fallo del Tribunal Supremo no le impide ser presidente del Sevilla. Por su parte, los estatutos de la entidad de Nervión, además, tampoco evitan que Del Nido forme parte del consejo de administración. En el artículo 21, se especifica que no podrán ser miembros del consejo aquellas personas que se encuentren incursas en alguno de los supuestos contemplados en el artículo 24 de la Ley del Deporte y demás disposiciones aplicables, así como las declaradas incompatibles por cualquier otra norma de rango legal, tanto en ámbito estatal como autonómico. Y el citado artículo 24 de la Ley del Deporte tampoco impide que formen parte de un consejo de administración de una sociedad deportiva un condenado por prevaricación y malversación. Concretamente, esta legislación excluye para formar parte de este tipo de consejos de administración a quienes hayan sido sancionados en los últimos cinco años por una infracción muy grave en materia deportiva, lo cual no es el caso de Del Nido ya que ha sido condenado por prevaricación y malversación de caudales públicos. Tampoco podría forma parte si estuviera, según el mismo artículo, "al servicio de cualquier administración pública de una sociedad en cuyo capital participe alguna administración pública y siempre que la actividad del órgano o unidad a la que estén adscritos estén relacionada con la de las sociedades anónimas deportivas. Estos puntos se expusieron durante el consejo en el que Del Nido formalizó su dimisión aunque debido la gravedad de la condena, optó por dejar el cargo. Por este motivo, Del Nido optó por presentar su dimisión y no quiso precisar durante la rueda de prensa de despedida más datos acerca de la inhabilitación.