Alguien tenía que pagar el pato de la crisis. Y le ha tocado a los estudiantes. Eso deben pensar los caseros que alquilan sus pisos a estos jóvenes, ya que los han subido hasta un 25%. Para los universitarios, encontrar una vivienda digna y barata se ha convertido ahora más que nunca en una aventura.
Como cada agosto, comienza la peregrinación de centenares de estudiantes en busca de un piso para el próximo curso. Este año, más aventura y lucha que peregrinación. Y es que, a las dificultades habituales de estos menesteres -encontrar una vivienda con buena ubicación y comunicación, en buen estado, encajar en el perfil reclamado por el casero y tener compañeros "normales"- se suma una más, la más grande: la económica. La crisis económica -subida de las hipotecas, sobre todo- ha llevado a los dueños de pisos en alquiler a subir los precios. "Hasta un 25%", apunta Consuelo Sierra, agente de la propiedad inmobiliaria, quien señala que "lo que antes valía 150 por persona, ahora no baja de 200".
Aún así, la necesidad apremia, y los jóvenes no pierden ni un momento. Libreta y boli en mano y teléfono móvil al cuello, los jóvenes se aproximan a las paredes empapeladas de las facultades. Se alquila piso para estudiantes en zona Macarena: 3 habitaciones. 600 euros. Comunidad no incluida. Cada vez son menos las ofertas medianamente aceptables. "Esto está imposible", explica Ángela. Ella lleva casi un mes buscando para su hermano y no encuentra nada que se ajuste a sus posibilidades. "Yo estuve estudiando aquí en Sevilla hasta el año pasado y a mí me salía el piso 140 euros como mucho", recuerda la joven, que recalca: "No bajan de 220 euros y muchos de ellos son un cuchitril".
Lo mismo le ocurre a Javier. Él es de Bornos, en Cádiz, y estudiará en la Escuela Politécnica que está en Los Remedios. Ha visitado unos cuantos, pero "o es para compartir con demasiada gente o te piden 250 euros más gastos aparte. Yo ya no sé qué hacer". Basta echar un vistazo al listado de la bolsa de alojamiento de la Universidad de Sevilla para constatar este hecho: 290 euros por persona en un piso para siete chicas en la plaza San Antonio de Padua, 260 para tres en Triana o 250 por María Auxiliadora. Y los hay incluso que superan los 300 euros. "Antes te costaban caros los que estaban muy bien situados", señala Miriam, estudiante de Derecho, "pero ahora, hasta los que están más lejos cuestan eso".
El cambio "ha sido evidente de un año para otro", señala la asesora inmobiliaria Consuelo Sierra. "Si antes se podía encontrar un piso mediano por 350 euros, ahora encuentras uno muy pequeño por 500 euros".
A pesar de la desesperación de los jóvenes y de la realidad económica del país, muchos de los caseros aseguran que han subido lo mínimo, "lo justo y necesario".
"Yo he subido diez euros", señala Carmen, dueña de un piso para estudiantes, quien asegura que "estando las cosas como están, entiendo que los jóvenes no puedan pagar más". Es el caso de Pedro, dueño de un piso en Asunción: "Yo no lo he subido nada y eso que a mí sí me ha subido de precio la comunidad y, por supuesto, la hipoteca".
