Los etarras que mataron al guardia civil Raúl Centeno formaban un comando que iba a atentar en España, después de que se hallara en el interior de su vehículo material suficiente para construir bombas lapa. Mientras, el agente que resultó herido se encuentra en estado de muerte cerebral.
Los etarras que dispararon contra dos guardias civiles en la localidad francesa de Capbreton formaban un comando operativo que iba a entrar en España para atentar y llevaban en su vehículo dispositivos habituales para fabricar bombas-lapa: temporizadores, detonadores y cloratita. Las bombas-lapa son los artefactos que suele adosar ETA a los bajos de los coches para intentar asesinar a sus ocupantes, como ocurrió el pasado 9 de octubre en el atentado contra un escolta en el barrio de La Peña, en Bilbao.
Fuentes de la lucha antiterrorista, que no precisaron la cantidad de explosivo que transportaban, sí consideraron que era suficiente para fabricar un artefacto y que no se trataba en ninguno de los casos de la pequeña cantidad que ETA suele dejar en el interior de los coches que abandonan para hacerlos explotar y borrar así sus huellas.
El automóvil, que sigue siendo analizado por las Fuerzas de Seguridad francesas y españolas, es el Volkswagen Golf gris con el que los etarras iniciaron la huida de Capbreton, lugar en el que se produjo el sábado el tiroteo, y que abandonaron en la localidad francesa de Haut Mauco.
Comando. La investigación considera que el lugar en el que fueron vistos los terroristas, desde el que es fácil y rápido cruzar la frontera; su número -eran tres, dos hombres y una mujer- y el material que transportaban indica que formaban un comando operativo que se disponía a entrar en España para cometer atentados.
Además, manejan la hipótesis de que los tres etarras formarían parte de uno de los comandos clave en la banda y que pudieron temer que los agentes les hubieran reconocido y con ello también que descubrieran el explosivo y el material que portaban. Sin embargo, tampoco se descarta, aunque este punto no es tan factible, que fueran miembros de la logística militar de la banda terrorista encargada de suministrar explosivos a los comandos.
A la par de las pesquisas de la investigación, la Policía francesa sigue a la búsqueda y captura de los etarras. Durante la noche del sábado al domingo, levantaron el dispositivo especial Plan Épervier, que movilizó numerosos medios terrestres y aéreos. Pero este plan es sólo en las primeras horas. La pista de los etarras se perdió el sábado cerca de Burdeos, cuando soltaron a una mujer a la que habían secuestrado para robarle su coche, un Peugeot 307, cerca de Mont-de-Marsan. Este segundo vehículo no ha aparecido aún, aunque se cree que el comando, consciente de "la extrema gravedad" de su acción, lo habría escondido o abandonado al saber que este coche está "quemado".
Muy grave. Los etarras mataron el sábado a tiros a un guardia civil e hirieron de gravedad a otro, Fernando Trapero, que está en una situación crítica. Según el último parte médico del hospital Côte Basque de Bayona transmitido por la Policía Judicial, el agente está en estado de muerte cerebral.
El guardia civil, de 23 años, ingresó en el hospital el sábado con una herida de bala en la cabeza y presentaba un traumatismo craneocerebral, un edema cerebral mayor y estaba en situación de coma desde el inicio. Ante su situación, la familia aseguró que los médicos no les han comunicado ninguna novedad sobre su estado y que "todo sigue igual".