Los mineros de Boliden han abandonado hoy la catedral de Sevilla, después de 263 días encerrados, para exigir que la Junta de Andalucía cumpla los acuerdos de empleo para 73 trabajadores de la mina, y han decidido "reorientar la estrategia de movilización" hasta que se resuelva la situación.
"Nos vamos para seguir movilizándonos" ha declarado Paco Figueroa, portavoz de los mineros, que ha exigido a la Junta que cumpla con la promesa de reubicar a los trabajadores en sus puestos, ya que tan sólo 22 han sido contratados -18 de ellos en Egmasa y 4 en subcontratas-, mientras que el resto sigue sin oferta de empleo.
El origen de las protestas de los mineros comenzó con el cierre de la mina de Boliden, y después de once años, siguen movilizándose como ha señalado Juan José Fernández, uno de los mineros que ha permanecido en la catedral durante 263 días.
"Las negociaciones siguen como hace cinco meses y no estamos dispuestos a estar más tiempo fuera de casa", ha declarado Juan José Fernández, para quien "no queda más remedio que cambiar de tercio" y continuar con las protestas, "siempre desde el diálogo", hasta que se cumpla lo prometido.
Fernández ha asegurado que después de permanecer casi un año fuera de sus casas y tras una huelga de hambre de 32 días, abandonan esta movilización por "la insensibilidad de la Junta de Andalucía", y señala que antes de que se les acabe el desempleo, los mineros de Boliden habrán conseguido una solución.
Figueroa ha mostrado su agradecimiento a los medios de comunicación y a los ciudadanos que les han acompañado en la protesta, y ha explicado que con motivo del homenaje al cardenal Carlos Amigo Vallejo que se celebrará mañana, han elegido el día de hoy para abandonar la catedral y así "devolverle todo el apoyo que siempre nos ha mostrado"
