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Los éxitos se cocinan a domicilio

el 26 mar 2012 / 22:33 h.

Míchel ya dijo cuando llegó que no le faltaban ingredientes para tratar de darle la vuelta a un equipo soso, desnatado y sin ni un poquito de picante. Los jugadores ya estaban, y el cacareado empobrecimiento de la plantilla de los últimos años no servía de excusa. Faltaba aliñar y salpimentar el juego, especialmente a domicilio, donde el equipo fabricó un catálogo de partidos esperpénticos.

Con Marcelino, el Sevilla estuvo varias jornadas sin perder fuera de casa, pero sólo logró una victoria ante el Zaragoza que completó un total de 9 puntos. Míchel, en cinco salidas, ya ha igualado los números del asturiano con tres victorias clave para aspirar a cubrir los objetivos. La regañina tras la lamentable derrota en El Molinón ha calado hondo en los jugadores, que han demostrado que sin necesidad de hacer su mejor fútbol pueden ganar con solvencia a los rivales inferiores con sólo ponerle un mínimo de intensidad al juego.

Para seguir aspirando a todo hace falta jugadores capaces de todo. Uno de ellos es Negredo cuando está recuperado. Cada lesión hunde al vallecano en una crisis de juego súbita, pero ayer en Granada dio motivos para la esperanza rencontrándose con el gol y dejando sensaciones inmejorables. Negredo, además, hace más fácil el fútbol a un Del Moral que tiene la capacidad inherente de ponerse de gol varias veces por partido. Dos dobletes consecutivos alejan sus fantasmas ante la portería y le consolidan como el máximo goleador del equipo. También se espera mucho de Reyes. El utrerano ilusionó a su llegada, pero eso no se tradujo en puntos, y se apagó. Pero ayer la luz volvió a encenderse e inauguró sus estadísticas como sevillista con una gran asistencia de gol.

Huelga hablar del enésimo gran partido de Gary Medel, de las buenas prestaciones que está dando Fazio jugando de central o de la segunda juventud de Palop. El engranaje principal parece estar engrasado, el Sevilla es noveno en la tabla, sigue mirando de cerca la zona europea y hay mimbres para creer. De momento, ha empezado a ganar como un grande en casa de los modestos. No es mal comienzo.

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