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Los expertos saben dónde habrá un seísmo pero no cuándo será

Los daños podían prevenirse, pero Haití no tenía recursos para ello.

el 19 ene 2010 / 21:12 h.

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Incluso la catedral de Puerto Príncipe ha sufrido daños a causa del terremoto.


"Imagínese un pastel de gelatina. Lo colocamos en dos bandejas diferentes, pero juntas, y empezamos a mover cada bandeja en sentido contrario a la otra. El pastel se deforma hasta que se rompe. Después, sigue moviéndose durante un tiempo hasta que encuentra el equilibrio". Así explica Mercedes Feriche, la responsable del área de Prevención del Instituto Andaluz de Geofísica, lo que está ocurriendo en Haití.

Feriche confirma que el seísmo no hubiera podido predecirse, pero sí prevenirse. "De un terremoto, sabemos cuál será su magnitud y dónde van a ocurrir, pero no cuándo". "Creíamos que el gran terremoto de Granada de 1884 iba a repetirse a los 100 años y han pasado muchos más. La estadística está para romperla", añade. En Haití, en cualquier caso, todo esto cobra poco sentido teniendo en cuenta que el país no tiene medios para enfrentarse a una emergencia ni recursos para realizar construcciones que sobrevivan a un terremoto.


Allan Lavell, doctor en Geografía Económica y jefe del Índice de Reducción de Riesgo de Desastres de la Fundación DARA -especialista en cooperación- confirma que es muy difícil crear un sistema de alerta para seísmos. "Lo máximo que se ha logrado es establecer periodos de retornos que no te dan un día ni una hora", dice. E insiste en que hay mucho que hacer en Haití:"Planificar el uso del suelo, garantizar que lo construido está en lugares menos amenazados por eventos físicos... Este terremoto en otra parte del mundo con mejores opciones de control territorial no hubiera suscitado tanto daño".


Ambos expertos relatan que la zona del Caribe es especialmente sensible a los eventos naturales. Está dentro del área de influencia de fenómenos como el Niño y la Niña, sobre una base de placas tectónicas y fallas locales. Además, son países montañosos con pendientes altas. Los procesos de deforestación debilitan la estabilidad de las pendientes y conducen a deslizamientos e inundaciones. También tienen ríos y riachuelos. Son islas pequeñas, presa fácil para un gran huracán. Por si fuera poco, están entre las zonas más propensas al impacto del cambio climático por sus características oceanográficas.


Edificios. Respecto al tipo de construcciones para amortiguar los daños de un seísmo, Feriche aclara que deben ser edificios cuyos elementos verticales y horizontales estén bien conectados entre sí. "Ése es el huevo de Colón", dice. Cuanto más regular sea un edificio en planta y en altura, mejor se va a comportar. Los problemas aparecen cuando las construcciones son más anchas por una zona que por otra. "Las irregularidades extrañas provocan fenómenos de torsión" ante un seísmo.


En Haití, relata esta experta, el hormigón es de mala calidad y el acero es liso -no coadyuvado-, con lo cual no hay conexión entre ambos materiales. "Si te fijas en las fotografías verás que la armadura no está bien trabada para conectar los elementos, los enlaces son cortos", explica.

Aunque es cierto que en países tan pobres no se aplica la normativa antisísmica, las construcciones podrían hacerse más seguras con "sentido común" y usando materiales autóctonos. No sería demasiado caro pero, como recuerda Lavell, "lo que está en juego es cómo construir para una población que vive con menos de dos euros al día".

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