La Virgen de la Piedad de Sanlúcar la Mayor volvió ayer a su pueblo tras la restauración practicada por el profesor Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Llegó directamente a la parroquia de Santa María, donde presidió una eucaristía de acción de gracias oficiada por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y en la que estuvieron todas las hermandades, asociaciones religiosas y autoridades sanluqueñas.
En la homilía, el arzobispo dio gracias por la "feliz" restauración de esta obra de la imaginería sevillana y destacó como "Dios ha guiado la mano" de Gutiérrez Carrasquilla, al que felicitó.
Los trabajos, que han tenido una duración de cinco meses, se ejecutaron en el taller del restaurador, y han consistido en la ejecución de un nuevo candelero y brazos articulados, la limpieza de la policromía y restitución de ésta donde había desaparecido, la colocación de un nuevo juego de pestañas, la eliminación de una grieta que partía desde la cabeza y llegaba hasta el cuello de la Virgen, la consolidación de la estructura de la talla, el saneamiento de hombros y cintura y la ejecución de algunas piezas de cuero como un corpiño o unas mangas que habrán de impedir los famosos alfilerazos a la hora de vestir a la imagen. La imagen es de autor desconocido, si bien se cree que data del siglo XVII.
Ya por la tarde, a las 21.00, la Virgen de la Piedad regresó a su capilla, traslado que contó con el acompañamiento de la banda de música de Nuestra Señora del Sol de Sevilla. La imagen permanece en su capilla expuesta a la veneración durante esta semana, ya que hay que recordar que es una de las de mayor devoción de la localidad. Del mismo modo, la cofradía ha preparado para esa semana una exposición en su casa de hermandad.