Los funcionarios lanzan un S.O.S tras cuatro meses sin cobrar

Por primera vez se unen todos los empleados locales para exigir soluciones. Reclaman en una carta a los grupos un frente común más allá de sus diferencias

el 23 nov 2013 / 22:40 h.

15310334 Una cosa es vivir con estrecheces y otra trabajar religiosamente, todos los días, todos los meses, y que no te paguen, o que cobrar sea una sorpresa, muy de vez en cuando. A los más de 400 empleados municipales de Los Palacios y Villafranca (entre funcionarios, laborales y eventuales) les deberá el Ayuntamiento, en unos días, cuatro nóminas. No son cinco porque ayer, gracias al fondo de Diputación, pudo pagarse otra. En el mejor de los casos, según cálculos sindicales, terminarán el año con esas cuatro mensualidades sin cobrar, y en el peor, con cinco y media. Ya va siendo costumbre. Primero fue la nómina y la extra que les dejó a deber el anterior gobierno, con el socialista Antonio Maestre a la cabeza, en junio de 2011. El PSOE salía del Ayuntamiento tras 24 años ininterrumpidos, mientras la crisis campaba a sus anchas. Luego, el gobierno de Juan Manuel Valle (IP-IU) empezó a tomarse como normal deber una nómina, o dos. Los atrasos empezaron a estar a la orden del día el año pasado. Y la reforma constitucional se cargó aquello de que lo primero era pagar a los funcionarios. En su lugar, los primeros fueron los proveedores. La deuda total del Ayuntamiento palaciego está cifrada ya en más de 100 millones. Siempre hay urgencias a las que hacer frente mientras los administrativos, los policías, las maestras de las guarderías, los jardineros, los basureros... comen de los ahorros, de la confianza bancaria, de la caridad familiar. Pero todo se agota, incluso la esperanza. Y los recibos crecen. Los dramas son tan diversos como las familias: monoparentales con hijos; con un cónyuge parado y el otro que trabaja en el Ayuntamiento, o sea, dos formas de no cobrar nada; con ambos funcionarios y muchos hijos o hipotecas... Hay ademanes de miedo y también de vergüenza. Nadie quiere dar su nombre ni explicar abiertamente de sus circunstancias, pero casi todos hablan de situación “límite” o “crítica”. Hubo un tiempo en que trabajar en el Ayuntamiento era vivir de la olla grande. Esa metáfora de la garantía laboral o de ciertos privilegios o comodidades se ha desvanecido. Ahora son cuatro nóminas las atrasadas, pero la última vez que cobraron también eran cuatro, porque los meses vuelan, al contrario que los ingresos en un Ayuntamiento que ha rechazado el último plan de ajuste dictado desde Madrid que exigía despedir a más trabajadores y subir tasas e impuestos, mientras rara es la semana que no llega una subvención de la Junta de las que la anterior Corporación usó para otros fines y que, ahora, hay que devolver por sentencia judicial. La sorpresa de la semana pasada, con un plazo de diez días, asciende a 2,3 millones por la obra impagada en 2005 del desvío de los arroyos. Una reunión de Valle con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha logrado convertir esos diez días en diez años. “Desde septiembre empezaron a retenernos 310.000 euros al mes para pagar 1,6 millones impagados por el Parque de los Hermanamientos, de 2006”, se queja el alcalde, que publicó un folleto con el extenso rosario de deudas contraídas hace años por sus predecesores: El mapa de la vergüenza. Los socialistas, en un pueblo cuyo ambiente político está más que agriado, achacan a Juan Manuel Valle vivir “de quejarse en vez de gestionar”. PP y PA nunca  han gobernado pero tampoco convencen a los trabajadores municipales que esta semana, por primera vez, se han unido bajo la junta de personal y el comité de empresa, despojados de siglas concretas, para pedir “unidad” a la Corporación, en una carta remitida a las cuatro fuerzas políticas –que también mandarán al Defensor del Pueblo, a los medios y repartirán 10.000 ejemplares por el pueblo– en la que reclaman que aparquen sus diferencias para pensar en soluciones. “Por favor, ¿podéis ayudarnos? ¿Estáis dispuestos a entablar un diálogo con vuestro rival político sin intentar imponer vuestro criterio, sin agitar vuestra bandera y sin que nos palmeéis la espalda?”. El alcalde asegura que se alegra “de que por fin se hayan dado cuenta de que todo es mucho más fácil si vamos juntos, como yo he reclamado desde que llegué a la Alcaldía, donde no puedo dedicarme a inversiones nuevas, sino a tapar los agujeros que dejó otro”. En este sentido, planea otra movilización ante la Diputación para reclamar que use el superávit de 40 millones para ayudar a los ayuntamientos que están peor. El presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, ha anunciado que el presupuesto para 2014 seguirá esa premisa. Junta de personal y comité de empresa reconocen que hasta ahora no había unión. “Queremos que trabajadores, todos juntos, con todos los partidos y con los ciudadanos vayamos a donde tengamos que ir, a la Junta o a Madrid, a pedir soluciones”, dice el presidente del comité de empresa, José Manuel Caballero. Su compañero de la junta de personal, Manuel León, añade que “el problema es de todos, porque el Ayuntamiento somos todos, y si éste no funciona, el pueblo se resiente”.

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