Los trabajadores de la función pública francesa van a la huelga para defender su poder adquisitivo y el Gobierno espera un amplio seguimiento en el sector educativo, Correos y la compañía de telecomunicaciones France Telecom. El paro se notará también en hospitales, aduanas y aeropuertos, así como en el personal de las compañías estatales de transportes (SNCF y RATP) ya afectadas por la protesta en contra de los regímenes especiales de jubilación del presidente Sarkozy.
Con esta huelga, los funcionarios tratarán de defender su empleo y su salario. Los profesores también protestan contra la supresión de 11.200 puestos de trabajo en la educación que prevé llevar a cabo el Gobierno en el curso escolar 2008-2009.
Sin paciencia. Mientras tanto, la paciencia de los usuarios y de los automovilistas comenzó a agotarse en el sexto día consecutivo de huelga en el transporte, pese a que circularon más trenes por todo el territorio nacional y el servicio en el metro y los autobuses de París llegó, en algunos casos, al 50%.
Las asambleas de huelguistas en la compañía de ferrocarriles SNCF y en la del transporte metropolitano de París RATP decidieron continuar también con la protesta. Los 400 kilómetros acumulados de atascos sólo en la capital francesa tuvieron sus paralelos en las principales ciudades como Burdeos, Toulouse y Marsella, dado el elevado seguimiento de la huelga en los trenes de cercanías.
En estas circunstancias, Gobierno y sindicatos prevén que el paro podrá terminar esta misma semana. La discusión sobre la inmediatez del inicio de las negociaciones, sin embargo, despertó la polémica entre las partes.
Por parte del Gobierno, el consejero social del Elíseo, Raymond Soubie, consideró que "los elementos positivos se multiplican las últimas horas y estos últimos días" para acabar con el paro. Por parte de los sindicatos, la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), pidió que la negociación empezara ayer, sin que se esperara más tiempo.
