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Los galácticos del futbolín se la juegan en Los Palacios y Villafranca

La pedanía palaciega de Maribáñez reúne este fin de semana a 64 parejas en un certamen nacional de futbolín que reparte 2.700 euros en premios. Con un golpe de muñeca, la aldea, de poco más de mil habitantes, gozará hasta esta noche de una inusitada algarabía con la presencia de aficionados de toda España.

el 16 sep 2009 / 07:33 h.

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La pedanía palaciega de Maribáñez reúne este fin de semana a 64 parejas en un certamen nacional de futbolín que reparte 2.700 euros en premios. Con un golpe de muñeca, la aldea, de poco más de mil habitantes, gozará hasta esta noche de una inusitada algarabía con la presencia de aficionados de toda España.

Cuando el gallego Alexandre de Fisterra se vio rodeado de niños más desvalidos que él en un hospital de Madrid en plena Guerra Civil española, en 1937, y con unas perspectivas de hambruna irremediables, ideó una fórmula casera para que aquellos críos disfrutaran sobre una mesa lo que habían disfrutado sobre el campo y con pelotas de trapo antes de la contienda. Se inventó un artefacto rectangular, atravesado por barras a las que se adosaban jugadores de mentira y con los que se podía manejar una bolita que había que encajar en sendos agujeros de los contrincantes.

Una guerra mucho más sana. La idea la transformó en juego de veras un carpintero amigo, el vasco Francisco Javier Altuna. Al gallego no le dio tiempo patentar la idea, porque el triunfo de los franquistas lo obligó a exiliarse primero a Francia y más tarde a Latinoamérica. Pero cuando años después regresó a su país, el invento hacía ya las delicias de niños y mayores y se había convertido en el principal entretenimiento de los bares. Hoy, cuando ya existen modalidades más modernas del mismo futbolín que en Argentina se llama metegol o en Chile taca-taca, Alexandre de Fisterra hubiera alucinado con campeonatos nacionales como el que se celebra este fin de semana en la pedanía palaciega.

Se han inscrito 64 parejas, o sea, 128 jugadores para un certamen que duró toda la tarde de ayer y que esta mañana recupera el aliento para no parar hasta las 20.00 horas, cuando se repartan los ocho premios que encabeza el primer galardón de 1.000 euros. En torno a la piscina-albergue de Maribáñez, a más de 40 grados de temperatura, hay más coches que nunca, más música, más gente que entra y sale, sobre el ruido sordo de los futbolines que echan chispas. Aunque el juego parece de hombres, incluso en este juego van ganando terreno las mujeres con tres participantes. Entre los que quieren llevarse el triunfo, está el campeón del mundo, el utrerano Manuel Amaya, que ya tuvo ayer tiempo para demostrar su clase.

La concejalía de Deportes colabora por tercer año consecutivo con el organizador de este master nacional de futbolín -modalidad movimiento-, Mario Triguero, un empresario dedicado a estas máquinas que cada vez están más perfeccionadas. Entre jugadores, acompañantes y bañistas de la piscina, el recinto albergaba ayer a más de medio millar de personas. Han llegado de todos los rincones de España: Zaragoza, Ciudad Real, Mallorca, Galicia, Valencia, y muchas provincias andaluzas? Hasta esta noche, todos tienen sus cinco sentidos en este deporte rey en miniatura.

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