Cerca de 200 ganaderos de la Sierra Norte se concentraron nuevamente ante la Consejería de Agricultura y anunciaron acciones más contundentes "si en los próximos días no reciben una respuesta" a su demanda de un Plan Andaluz de Recuperación del Ovino.
El objetivo de este plan es contrarrestar los efectos de la enfermedad de la lengua azul, que afecta a los rumiantes, en la zona de la Sierra Norte, la más perjudicada de toda Andalucía por este problema.
Fuentes de la patronal agraria Asaja indicaron que de la reunión mantenida entre una delegación formada por los alcaldes de Alanís y Guadalcanal, algunos ganaderos y el presidente de Asaja en Sevilla y Andalucía, Ricardo Serra, con el secretario general Dimas Rizzo, no sacaron "nada en claro" porque éste "sólo se comprometió" a hacerle llegar la propuesta al consejero, Isaías Pérez Saldaña.
La concentración comenzó a las 11.30 horas del martes delante de la sede provisional del Gobierno andaluz con alrededor de 700 ganaderos, según fuentes de la patronal agraria. Si bien, marcharon hacia Agricultura al celebrarse el Consejo de Gobierno ayer en Cádiz.
Una vez allí, consiguieron mantener una reunión con el secretario general del ramo. Los manifestantes repartieron chupachús entre los viandantes que dejaban la lengua de color azul y portaron pancartas en las que se podía leer "Consejero, basta ya de engaños" y "Por un plan para la supervivencia del ovino".
Según los datos de Asaja, el 90% de todas las ovejas fallecidas en España a consecuencia de la lengua azul pastaban en explotaciones de Andalucía, es decir, unas 75.000. De éstas, más de 40% pertenecían a la Sierra Norte, donde ya van muertas más de 35.000 ovejas.
El plan que demandan los ganaderos supondría una inversión de unos 10 millones de euros, 100 menos que la dotación que recibió el olivar de Jaén tras las heladas de 2005, según alega Asaja.
Esta organización también puntualizó que por el momento, cuatro meses después de que se declarase el primer foco en la comunidad autónoma, ningún ganadero "ha visto un duro" de los 40 millones de euros que el consejero prometió en concepto de ayudas, una cantidad que resulta de los 100 euros por oveja sacrificada que percibirán los ganaderos y los seis euros por cabeza de ganado muerta en estas circunstancias.