Miles de griegos se manifestaron el sábado de forma pacífica al cumplirse una semana de la muerte de un adolescente por un disparo de la Policía, un hecho que desencadenó la peor crisis social de las últimas décadas en Grecia. Poco a poco la violencia va cesando.
Cientos de estudiantes protagonizaron una sentada frente al Parlamento, en el lugar de la Tumba del Soldado Desconocido, con rosas y velas en las manos en memoria de Alexis Grigoropulos, de 15 años, muerto por el disparo de un agente. A pesar de no registrase enfrentamientos en las manifestaciones pacificas sí hubo momentos de tensión cuando un centenar de agentes antidisturbios fue recibido con gritos de "Policías, cerdos asesinos" y "Protegeros, han llegado los asesinos en uniforme". Ante las comisarías de diversos puntos de la capital grupos de adolescentes, acompañados por algunos profesores, se concentraron para expresar su repulsa por la violencia policial, lo que causó de forma aislada retenciones en el tráfico.
Las fuerzas del orden se encuentran en alerta porque grupos radicales y antisistema convocaron ayer una concentración en el lugar en que murió Grigoropulos. En la segunda ciudad griega, Salónica, 1.000 estudiantes y trabajadores protestaron bajo una lluvia torrencial contra la muerte del joven. Varios radicales rompieron cámaras de vigilancia de algunos bancos ante la pasividad de la Policía, que no intervino para evitar disturbios.
Los vecinos del barrio Exarhia, en el que cayó muerto el adolescente, pidieron que a partir de ahora se conozca con su nombre la calle del trágico suceso, llena de flores y velas. La madre del policía acusado de la muerte del joven, Epaminontas Korkoneas, pidió ayer "mil, mil perdones" a la familia de la víctima en la emisora ateniense Alpha.
Korkoneas fue criticado por la prensa, por no expresar arrepentimiento por lo sucedido y por sus insinuaciones sobre el presunto comportamiento conflictivo del joven muerto, desmentido por sus profesores y amigos. La madre de Grigoropulos también habló en la emisora y declaró que no deseaba venganza y que sólo quería llorar la perdida de su hijo.
Una primera evaluación de los daños de la orgía de violencia de los últimos días eleva a 400 las tiendas destrozadas y sitúa las pérdidas en más de 200 millones de euros, a lo que se agrega un descenso en las ventas del 20% en plena temporada Navideña.
