Las lluvias estacionales están al llegar y los problemas básicos de saneamiento y alojamiento tras el terremoto en Haití no se han resuelto. En estas circunstancias se reunió ayer en oración el pueblo haitiano para despedir a sus muertos en ceremonias religiosas con plegarias, cánticos, lágrimas y manos unidas como símbolo de la esperanza en el futuro y en la reconstrucción del país, al cumplirse un mes del seísmo.
El presidente haitiano, René Preval, hizo un llamamiento a emprender el camino de la reconstrucción durante una jornada declarada de luto nacional. "Sequemos nuestras lágrimas para poder reconstruir Haití", dijo el mandatario, quien invitó a su pueblo a enterrar a los muertos "con dignidad" y a tener "coraje".
Preval agregó que las palabras no sirven para explicar lo que él ha visto en las calles. "Hay dolor que las palabras no pueden expresar", enfatizó. Criticado por sectores que estiman que no mostró suficiente liderazgo tras la catástrofe, el gobernante declaró que su "respuesta" es "seguir con las diligencias para buscar ayuda en el extranjero".
El de ayer fue el homenaje póstumo de miles de haitianos a sus seres queridos, a muchos de los cuales no se les pudo enterrar adecuadamente ni ofrecer honras fúnebres porque fueron a parar a fosas comunes. El terremoto de 7 grados marcó un antes y un después en el país más pobre de América, donde ya se cuentan 217.000 muertos y cerca de un millón de personas viven en la calle.
La conmemoración se inscribe en el mes de luto declarado tras la catástrofe de Puerto Príncipe, que finalizará el 17 de febrero. El alcalde de la capital, Jean Yves Jason, insistió en la necesidad de volver a la normalidad. "Vivimos un momento de fundación", declaró el regidor, quien manifestó que tiene "una responsabilidad muy grande" por "reconstruir la vida, reconstruir la ciudad".
Ayudas. Paralelamente a las ceremonias de duelo, la ONU hacía balance. Las agencias humanitarias de Naciones Unidas lamentaron que un mes después no se hayan resuelto los problemas más acuciantes de alojamiento y saneamiento y temen una nueva catástrofe con la llegada de la estación de las lluvias. Muchos de los campamentos improvisados están cerca de los ríos, porque los afectados quieren aprovisionarse de agua, y otros muchos están bajo las colinas que rodean la capital, con lo que, en caso de intensas tormentas, serían los primeros en correr peligro.
"Tenemos que entender una cosa, esta catástrofe no se puede comparar a ninguna otra que hayamos enfrentado antes. Hemos tenido que hacer frente a una situación de casi total destrucción de Haití", aclaró la portavoz del Programa Alimentario Mundial (PAM), Emilia Casella.
La singularidad de la tragedia de Haití es también el argumento utilizado para explicar por qué a 30 días del terremoto la situación dista de estar bajo control. "Es difícil de creer que cuatro semanas después del sismo, tantas personas viven todavía bajo las sábanas en los campamentos y en las calles", señaló en un comunicado el presidente internacional de Médicos Sin Fronteras, Chistophe Fournier.
"La operación en Haití es la respuesta más compleja a una catástrofe que la ONU ha debido enfrentar", se justificó a su vez Elisabeth Byrs, la portavoz de Coordinación para Asuntos Humanitarios de la ONU.
Solidaridad. Las donaciones realizadas por la sociedad española para ayudar a la población afectada por el terremoto de Haití ascienden a unos 72 millones de euros, una “extraordinaria respuesta” que la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España agradece dado “el contexto de crisis económica en el que nos encontramos”.
De esa cantidad, más de 65 millones corresponden a las organizaciones que integran la Coordinadora ONGD-España. En las primeras actuaciones de emergencia llevadas a cabo tras el seísmo las ONGD que se centraron en Puerto Príncipe, Léogâne, Jacmel y Petit Goâve han atendido a alrededor de un millón y medio de personas. Hasta el momento, se ha ejecutado en esa primera etapa un 15% de lo recaudado, pero la Coordinadora afirma en un informe publicado este viernes que las ONGD españolas tienen un “compromiso firme a largo plazo con Haití por el que se ejecutará la totalidad del dinero recaudado”.
Así, a medio plazo se dedicarán a la atención psicológica, la reconstrucción de las infraestructuras, el fomento de la educación y el fortalecimiento del tejido social local. Además de la aportación económica, España ha colaborado con el despliegue de 450 efectivos. La ministra de Defensa, Carme Chacón, mantendrá precisamente hoy una videoconferencia con los militares españoles allí destacados.