Economía

«Los hombres no me inspiran»

De las manos de esta sevillana salen cada año centenares de trajes de novia y noche y un sinfín de complementos. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 09:09 h.

De las manos de esta sevillana salen cada año centenares de trajes de novia y noche y un sinfín de complementos. La administradora de Enerisa (Luchi Cabrera) quiere crear su propia escuela de diseño y cree que la moda andaluza es fuerte «pero le falta unidad» .

-Vayamos a 1980, cuando se diseñó la empresa. ¿Cómo surgió?

-Por mera casualidad. Mi marido y yo pensábamos abrir una tienda de antigüedades. Nos desplazamos a Toledo para contactar con anticuarios. Uno de ellos, ceramista y pintor, me enseñó a dibujar y a trabajar la técnica del esmalte a fuego. Para mí fue un auténtico descubrimiento, no sabía que tenía capacidad creativa. Cambió el concepto de empresa y comencé a vender cuadros, al tiempo que entré en la Escuela de Artes y Oficios. Gané un premio de artesanía y participé en la feria Expoarte, donde expuse mis pinturas y algunos complementos para la mujer. Y mira por dónde, éstos tuvieron más aceptación. Ahí estaba el negocio.

-Descubierto el negocio, haga el patrón.

-Hicimos un catálogo de bisutería, se presentó a El Corte Inglés y nos solicitaron una colección de flamenca, moda que por entonces comenzaba su boom. Y a partir de ahí ese negocio de complementos comenzó a funcionar.

-Pero no era más de lo mismo.

-No. Antes, casi todo era plástico. Yo introduje nuevas técnicas en los complementos de flamenca, como el esmalte a fuego, la madera, el nácar, el carey,...

-Costura. ¿No suena a arcaico?

-Al contrario. Costura es valor añadido, lo que nos diferencia. Es el tejido noble, el corte, la terminación, lo hecho a mano. Tenemos catálogo para tiendas, pero abundan el cliente de traje a medida.

-Cliente digamos con clase...

-Nuestra gama es media-alta.

-¿Por qué Luchi Cabrera no diseña para hombres?

-No me inspiran, y eso que los hombres quizás llevan más a rajatabla cómo hay que vestir, si de media etiqueta o con traje oscuro... En cambio, en Andalucía y, en general, en toda España, a las mujeres parece que les da vergüenza vestir de largo, y así acuden como acuden al Maestranza [teatro de Sevilla].

-¿Qué papel tiene en la firma?

-La parte creativa y la dirección de los talleres y mi marido, el cerebrito, las cuentas.

-La empresa posee tres divisiones: novia, flamenca y los complementos. ¿Qué da más dinero?

-Al vender en toda España, las tres divisiones se complementan. En unas funciona más la novia y en otras, la flamenca, pero en todas, los complementos.

-¿Qué es lo más caro que ha vendido?

-Un traje de noche bordado a mano y con pedrería, 6.300 euros. Y en complementos, una corona para una boda gitana por 2.000.

-Dos tiendas en Sevilla y dos talleres. ¿Y la venta fuera?

-A través de tiendas de terceros y por internet. Exportamos, además, desde hace 22 años, con una treintena de países de destino, aunque los vestidos comenzaron a salir hace sólo un lustro. Exportar se está haciendo cuesta arriba por la revalorización del euro respecto al dólar. Ahora apenas vendemos en Suramérica, de ahí que incidamos en otros mercados con más poder adquisitivo, como es Japón.

-¿Cómo corta la tijera de esta crisis económica?

-A la gama que nosotros trabajamos no mucho, y tampoco tanto a las empresas que estamos afianzadas y con una clientela fija. En cambio, las firmas surgidas al calor de la bonanza económica y que ni ofrecen calidad ni servicio desaparecerán. De todas formas, creo, de vez en cuando no viene mal una crisis, pues al menos en mi sector nos hace poner las pilas, y los primeros nosotros. Cuando las cosas van bien, la gente se acomoda.

-¿Qué proyectos empresariales se irán cosiendo?

-De aquí a año y medio, en el polígono PISA, donde tenemos taller, oficinas y venta al por mayor de complementos, unificaremos los talleres de prototipos y crearemos un centro de enseñanza de diseño y costura. Hay gente que enseña diseño y patrones, pero Luchi Cabrera quiere ir más allá, enseñar todo lo que debe saber un diseñador y con las técnicas de hoy, desde elegir una tela hasta saber si cabe en ella un diseño, hasta patronearla, coserla y arreglarla.

-No sólo dibujar en un folio...

-En efecto. De ésos hay muchos.

-¿La moda andaluza es un volante?

-No, qué va. Si por algo hay que definirla es por el color. No tenemos miedo ni al color ni a los contrastes. Sólo hay que fijarse en los escaparates de Andalucía y en los del resto de España. La moda andaluza, además, es muy innovadora y creativa y, de hecho, en las grandes pasarelas y en los grandes diseñadores se pueden ver inspiraciones en nuestros diseños.

-Ellos tan grandes y vosotros tan pequeños...

-Quizás nos falta infraestructura. No sabemos asociarnos para crear una marca de diseño andaluza. Somos pequeñas empresas, muchas de ellas con dificultades, y sin capacidad para implantarnos en el resto de España, y menos en el extranjero. Eso sí, la Junta de Andalucía, a través de Extenda, y el Ayuntamiento de Sevilla se están portando bien, porque han tomado consciencia de que el gremio de la costura genera mucho empleo a su alrededor. Por cierto, en mis tiendas, voy a dejar a los grandes diseñadores, porque mis propios diseños funciona muy bien.

-¿Se siente imitada?

-Sí, de toda la vida. Me han llegado a copiar un catálogo completo de bisutería flamenca, y no estamos hablando de chinos, que imitan la idea pero no la calidad, sino gente de aquí, de Sevilla, y muy reconocida. Me da mucha rabia ver una corona mía con otra firma. No hay patentes y el daño es muy grande, pero puedo decir con orgullo que cuando yo no innovo en complementos, no lo hace nadie.

-Así, como suena.

-Lo digo así, tan tajante, y que me denuncie quien quiera.

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