Local

Los inmigrantes que se van por primera vez superan a los que llegan

El saldo migratorio del primer semestre del año revela que ya no solo salen los nacionales sino los extranjeros.

el 15 dic 2013 / 23:18 h.

TAGS:

No es la primera vez que el saldo migratorio de la provincia de Sevilla resulta negativo, pues ya 2012 terminó con una pérdida de 408 personas al hacer el balance entre los inmigrantes y los emigrantes. Pero si el año pasado se debió a la mayor salida de nacionales buscando fuera unas oportunidades laborales que la crisis ha arrebatado, en el caso de los extranjeros todavía llegaban más de los que se iban. Una tendencia que se ha roto en 2013, cuando el saldo es incluso más negativo entre los extranjeros que entre los españoles. Así, en el primer semestre de 2013 –último dato que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE)– llegaron a la provincia 2.460 personas (200 españoles y 2.259 extranjeros) pero se marcharon 4.096 (914 españoles y 3.182 extranjeros). Es decir, se fueron 1.636 personas más de las que entraron. Los consulados atienden cada vez más consultas de compatriotas que se plantean regresar a su país. / José Manuel Cabello Los consulados atienden cada vez más consultas de compatriotas que se plantean regresar a su país. / José Manuel Cabello La crisis ha hecho mella y desde 2008, la salida de Sevilla de españoles es mayor que la llegada. De hecho, esta emigración nacional lejos de frenarse se acrecienta, y el saldo negativo entre la salida y entrada de españoles en el primer semestre del año (-713) casi alcanza ya las cifras de todo 2012 (-846). Sin embargo, es la primera vez que en el caso de los extranjeros se van más de los que vienen, en concreto 923 más. En el primer semestre de 2012 todavía llegaron 648 más de los que se marcharon y a final de año el saldo migratorio entre los extranjeros seguía siendo positivo en 441 personas. Los más afortunados, que han cotizado suficiente como para aspirar al subsidio por desempleo, pueden acogerse desde 2008 a un plan de retorno voluntario creado por el Gobierno central para cobrar de una sola vez el pago que les corresponde a cambio de irse, renunciando a su permiso de residencia en vigor, y comprometerse a no volver en tres años. La Fundación Cepaimes una de las organizaciones que gestionan este programa que el propio Gobierno reconoció que no ha cumplido las expectativas. El portavoz de Cepaim en Sevilla, Albert Bitoden, coincide en que el impacto de este programa en la provincia es “bajo”. Las estadísticas revelan que se marchan pero Bitoden alerta de que “muchos no retornan a su país sino que se van a otros países europeos para buscarse la vida” porque “España ya no es un país con expectativas y es verdad que la situación es muy grave y la gente sin empleo se ve obligada a perder la documentación que le ha costado mucho conseguir”. En este sentido, según Bitoden, Sevilla presenta menos oportunidades que Madrid o incluso otras ciudades andaluzas como Málaga. De hecho, el saldo migratorio interprovincial también arroja un balance negativo en el primer semestre ya que 7.760 personas se marcharon de Sevilla a otras ciudades españolas (principalmente a Madrid) mientras que 6.947 llegaron desde el resto de España (sobre todo de Cádiz y Huelva). Aunque organizaciones como Cipaem o Accem son las encargadas de tramitar el programa de retorno voluntario, muchos inmigrantes acuden también a los consulados a buscar asesoramiento. El secretario general del Cuerpo consular de Sevilla, Julio Azancot, reconoce que sí han notado el aumento de compatriotas que buscan volver y estima que en los últimos cuatro años “entre un 10 y un 15%” de los inmigrantes asentados en la provincia han regresado a su país”. Azancot, que es cónsul de Uruguay, señala que esta situación se da especialmente entre los inmigrantes sudamericanos, que son también la comunidad más numerosa. Los datos del INE revelan que de los 3.182 extranjeros que se marcharon de Sevilla entre enero y junio, 1.214 eran latinoamericanos. Las causas para marcharse son principalmente económicas, no solo la falta de empleo sino una reducción de ingresos que les impide mandar dinero a casa e incluso volver ocasionalmente para mantener el contacto con la familia que dejaron allí. Pero también influye su proyecto de vida, que preveía una estancia temporal, y en algunos casos, la mejora de oportunidades en sus países de origen.

  • 1