En Écija hay empadronados 1.420 extranjeros. Al menos ese es el dato oficial que manejan los servicios sociales y que recoge el estudio sobre inmigración de la Asociación Comisión Católica Española de Migración (Accem). Hay fuentes que dudan que esa cifra se ajuste al número real de inmigrantes.
Y lo dudan por lo complicado de calcular cuántos de esos inmigrantes están realmente residiendo en la ciudad y cuántos simplemente están empadronados pero viven fuera de Écija y, en algunas ocasiones, fuera de la misma provincia de Sevilla. Por si no fuera bastante, también se puede dar el fenómeno contrario: algunos de los inmigrantes que viven y trabajan en Écija están empadronados en otro lugar o están en España ilegalmente y su existencia no figura en ninguna lista oficial.
La misma comunidad inmigrante reconoce lo complicado de calcular el número siquiera aproximado de vecinos ecijanos venidos de otros países, aunque todos coinciden que 1.420 es un número que se puede aproximar bastante a la cifra real.
Aceptando ese dato como válido, el número de inmigrantes en Écija sería del 3,7% del total (la ciudad no llega a los 40.000 habitantes), un porcentaje muy por debajo de la media nacional (entre el 7% y el 10%, según los servicios sociales del Ayuntamiento) y de la media europea (entre el 12% y el 20%, según las mismas fuentes).
De estos nuevos vecinos, un número muy elevado son sudamericanos (ecuatorianos y colombianos, principalmente) aunque los nacidos en Rumanía y Bulgaria han aumentado hasta suponer ya en torno a un 38% del total de inmigrantes de Écija.
Según los datos del estudio sobre inmigración de Accem, en Écija conviven más de 40 nacinalidades distintas, algunas poco representativas pero muy exóticas, como el caso de un vecino censado que es natural de Kazakhistán.