Local

Los jaramagos que siguen en la Expo

El canal de los Descubrimientos, los jardines de la Cartuja, el Pabellón de Hungría o la réplica del cohete Ariane 4 son algnos de los activos olvidados de 1992

el 08 mar 2014 / 22:21 h.

TAGS:

Sevilla 05 03 2014: Abandono de la Cartuja.

FOTO:J.M.PAISANOEl parque de maquetas Andalucía de los Niños, de cuyo lamentable estado de conservación se viene informando en las últimas semanas, es quizá el caso de abandono más sangrante de uno de los legados más valiosos que ha recibido en los últimos tiempos la ciudad de Sevilla y que, en la actualidad, permanece en el olvido, cerrado e inutilizado, mientras las administraciones responsables de su mantenimiento y explotación ni siquiera dan cuenta de qué futuro planean para estos activos. Aunque la muestra universal de 1992 fue un ejemplo de aprovechamiento de su recinto, la isla de la Cartuja, donde en la actualidad conviven numerosas empresas, centros de investigación, universidades y un parque temático, lo cierto es que los edificios singulares y jardines que se heredaron de aquella exposición, y que aún siguen en pie, se deterioran día a día a la espera de que alguien decida qué hacer con ellos. Este periódico, acompañado por la asociación Legado Expo, dedicada a reivindicar la herencia del 92, han realizado un recorrido por la situación en que se encuentran estos inmuebles, deteniéndose en primer lugar en uno que ya forma del perfil de la ciudad, la Plaza del Futuro. Pabellón vanguardista situado en los Jardines del Guadalquivir, simbolizaba el salto hacia la modernidad de la capital hispalense y constaba de cuatro espacios: el Pabellón del Universo, el de las Telecomunicaciones, el de la Energía y el del Medio Ambiente. Estas instalaciones pertenecen a la Empresa Pública de Gestión de Activos (Agesa), de la Consejería de Hacienda de la Junta de Andalucía. Este espacio, que se ha usado en los últimos años como sede de actos empresariales, conferencias y encuentros, cuenta con 25.018 metros cuadrados construidos, y se ofrece para eventos desde su propia página web –pabellondelfuturo.es–. Este conjunto mantuvo su uso expositivo dentro del parque temático anterior a Isla Mágica hasta 1996. En la actualidad permanece vacío en el ala sur –Universo y Telecomunicaciones–, mientras que el ala norte –MedioAmbiente y Energía– guardan parte de los contenidos de la Expo, como el popular circuito de bolas y bicicletas. En los años 2009 y 2010 se barajaron diferentes usos culturales para este espacio, desde un museo de la ciencia a uno de la aeronáutica, si bien la falta de financiación dio al traste con estas ideas. En octubre de 2011, la Consejería de Cultura anunció que el Archivo General de Andalucía se trasladaría allí con un gran complejo archivístico, si bien nada se ha vuelto a saber de este proyecto. Este periódico se ha puesto en contacto con Hacienda para saber cuál es la situación actual de este inmueble sin haber recibido respuesta. «Ha servido para congresos, plató de cine y exposiciones, pero con la crisis y la aparición de nuevos espacios como Fibes, ha decaído. En la actualidad está cerrado, aunque por lo menos tiene vigilancia», explica el presidente de Legado Expo, Alberto Martín, que reclama la puesta en valor de esta plaza. Cerca aún resiste la réplica de tamaño natural del cohete espacial Ariane 4, de más de 60 metros de altura. Costó cerca de 1,5 millones de euros y desde 1996 se ha dejado abandonado, sufriendo desprendimientos mientras se deteriora su entorno –donde se han sustraído todas las piezas de metal de la fuente que lo rodeaba–.También resiste al olvido la réplica de la antena del Instituto de Astrofísica de Canarias, que servía para lanzar al espacio mensajes de los visitantes a la Expo, así como la réplica del Hispasat. En cuanto a la torre Banesto, permanece sin uso, con la plataforma giratoria elevada unos metros para evitar los robos. De hecho, todo su cableado y maquinaria fueron retirados hace tiempo para evitar expolios. Para volver a ponerla en marcha haría falta una «inversión importante», según asegura Martín, que sugiere que mientras se decide su futuro, al menos se suba la plataforma giratoria y se deje fija en lo más alto del torreón, como se hizo con las torres panorámicas del Flushing Meadows-Corona Park de Nueva York, de la feria internacional de 1964, a fin de que se conserve la original imagen que brindó esta construcción en 1992. El pabellón del Siglo XV, también de la administración autonómica, permanece cerrado dentro del monasterio de la Cartuja. Se conservó intacto hasta el año 2009, cuando la Junta aprobó una inversión de 5,6 millones para su remodelación y conversión en el Centro Andaluz de Danza y sede de la Filmoteca de Andalucía. Las obras se iniciaron, desmontando los contenidos interiores del edificio, la mayoría de ellos «completamente deteriorados», según recuerda Martín, que asegura que se perdió todo, «incluso el teatro giratorio». Sin embargo, el inicio de la crisis paralizó el proyecto, dejando el inmueble vacío y sin uso. Otro enclave que merece especial atención es el Jardín Americano, anexo al antiguo Pabellón de la Naturaleza, que fue reabierto en abril de 2010 tras 17 años de abandono y tras inversión del Gobierno y del Ayuntamiento de 8,5 millones. «Se hizo un gran esfuerzo por recuperar aquella vegetación, pero el Consistorio decidió prescindir de la Fundación Naturalia, que lo conservaba, y en la actualidad se está echando a perder nuevamente la zona, sin que el Consistorio le preste toda la atención que merece», señala el presidente de la asociación. En parecida situación están los Jardines del Guadalquivir , que todavía no cuentan con todas las farolas activas y cuyas fuentes son habitualmente víctimas del vandalismo. En la lista de grandes olvidados destaca también el Pabellón de Hungría, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) pero sin uso en la actualidad, a la espera de que se resuelva el concurso de acreedores en que está inmerso su propietario, el Pabellón de la Naturaleza, cerrado y sin expectativas de apertura a la vista, o el canal de los Descubrimientos, uno de los rincones más hermosos de la Expo, tomada nuevamente por unos jaramagos que no acaban de abandonar la isla de la Cartuja. Zaragoza y Cancún velan por la herencia de 1992. Del legado de la Expo hay activos que están en riesgo de desaparecer, aunque esto no es nuevo. Desde la clausura de la muestra, la ciudad ha asistido a la pérdida progresiva de elementos emblemáticos como el cine Omnimax, el Palenque o el Monumento al Vacío de Anish Kapoor, de los que sólo queda el recuerdo. Para contemplar otros, sólo hay que ir a Cancún o Zaragoza. Los sistemas de transporte son un buen ejemplo. «El gran error de la gestión de los activos de la Expo es que las cosas se desmontaban y se abandonaban. El monorraíl estuvo en uso hasta 1996. Luego se llevó a una esquina de la isla y se olvidó. Los trenes acabaron saqueados, incendiados y en una chatarrería», recuerda Martín, que indica que el único tren superviviente se instaló en 2007 en un centro comercial de Zaragoza. «Tiene menos vagones, pero es idéntico y demuestra que podría habérsele dado uso». El telecabina corrió la misma suerte. «Se guardaban todas las cabinas en la estación de Torneo, hasta que la administración central retiró la vigilancia. Acabaron robando los cables, las placas solares y destrozando todo. Finalmente se llevó todo a dos chatarrerías de Mairena delAlcor y de Madrid, y cada una conserva una cabina», señala. En cuanto a las dos estaciones que todavía quedan en la Cartuja, apunta que hubo un proyecto presupuestado por el Gobierno con 1,5 millones para recuperarlas como espacios de servicios, pero las discrepancias entre administraciones dieron al traste con la idea. En la actualidad, presentan un aspecto lamentable tras robos y asaltos. Y el último viaje por este legado nos lleva lejos de la Cartuja, hasta Cancún, donde se encuentra una torre panorámica gemela a la Banesto, que fue construida por la misma firma. Aunque los colores son muy distintos, la estructura es la misma. La principal diferencia, que ésta sí funciona.

  • 1