A sus 29 años, el utrerano Juan Gutiérrez García será el encargado de pronunciar el pregón de la Semana Santa de Utrera, algo que hará hoy, en el teatro municipal Enrique de la Cuadra, a partir de las 12.00 horas. Forma parte de las hermandades de los Aceituneros, Jesús Nazareno, Los Milagros y la Virgen de Consolación, así como de la sevillana Esperanza de Triana. Licenciado en Derecho y Administración de Empresas, tiene claro cuál debe ser el papel de los jóvenes en el mundo cofrade. ¿Esperaba su elección como pregonero, teniendo en cuenta su juventud y que habitualmente suelen ser personas de mayor edad? No lo he esperado nunca ni he hecho méritos para pronunciar el pregón. Ha llegado cuando ha tenido que llegar. En cualquier caso, creo que el pregonero no ha de tener una edad concreta, porque eso haría que pudiera estancarse. Considero que deben existir varios puntos de vista el de un joven, el de un mayor y el de una persona con una edad intermedia para que, como la Semana Santa es tan rica, puedan tenerse todas las visiones posibles. ¿Cómo ha vivido su nombramiento como pregonero desde que se lo comunicaron en octubre? Aún no llego a imaginarme frente al atril del teatro. Alcanzo hasta el momento que suena la marcha Amargura, pero no me veo pronunciando el pregón. Sin duda, es algo muy bonito, es un regalo, es de las cosas más importantes que le pueden pasar a alguien que es cofrade, que le gusta escribir, la literatura, la historia y la profundidad de las cofradías y de la Semana Santa. Pero mucha gente se imagina estar delante del atril y piensa cómo sería su pregón... Dicen que todo el mundo tiene un pregón en la cabeza, pero eso es algo que va cambiando a lo largo de la vida. Yo no tenía en mente un pregón concreto porque, además, creo que si eso ocurre se estanca y no evoluciona, no está vivo. ¿Cuál es la línea fundamental de su pregón? Considero que la Semana Santa es un estilo de vida. Y de ahí parte precisamente mi pregón. La Semana Santa no es solamente una semana en la que salimos a la calle a ver pasos y nos vestimos de costalero o de nazareno. Creo que, como digo, es un estilo de vida que tiene influencia a lo largo de todo el año. Ha vivido muchas Cuaresmas como cofrade de a pie, y este año lo está haciendo como pregonero. ¿Qué diferencia hay? Pensaba que iba a ser más diferente de lo que está siendo. A mí me gusta estar en todos los sitios y actos a los que puedo acudir. Este año he pretendido hacer lo mismo, pero he contado con menos tiempo ya que he querido ir también a otros actos a los que me han invitado y no me gusta faltar. A ello se une que, al ser pregonero, se tiene una predisposición especial para absorber todo lo que llega, para vivirlo más intensamente y, quizás, poder plasmarlo igualmente en el pregón. ¿Ser tan joven facilita o perjudica a la hora de escribir un pregón de la Semana Santa? Con 29 años no se escribe igual que con 50. El joven es más fresco, vive más apasionadamente la Semana Santa, y quizás no tenga tanto miedo a la hora de escribir, aunque sí más respeto, porque se va a encontrar un auditorio con personas de todo tipo de edad. El hecho de ser joven me motiva, porque me exige mucho más y porque es un reto personal poder superar todo lo que ya he escrito hasta ahora. Además, en el patio de butacas del teatro habrá mucha gente joven a la que hay que darle voz y, gracias a mi vinculación con distintos colectivos juveniles, puedo saber cómo viven y cómo sienten la Semana Santa. ¿Qué papel tienen los jóvenes en las hermandades y cuál debería ser? Siempre se ha dicho que los jóvenes son el futuro, pero yo creo que son el presente. Hay que aunar la experiencia de la madurez junto a la fuerza y las nuevas ideas que trae la juventud. La Semana Santa es una fiesta que ha llegado hasta hoy igual en su concepción, pero sabiendo adaptarse a los tiempos. El papel de los jóvenes es seguir adaptándola y decirle a los mayores que existen nuevas formas de hacer las cosas. Considero que debería escucharse un poquito más a la juventud. ¿La Semana Santa tiene asegurada su continuidad o los jóvenes están cada vez más apartados? La Semana Santa reúne a una masa social de jóvenes bastante importante, algo que hoy día se puede comprobar, por ejemplo, a través de las redes sociales. En cualquier caso, si bien es cierto que en torno a los días de Semana Santa se ve a muchos jóvenes, hay un problema que radica en que no existe continuidad en la vida diaria de la hermandad. Creo que a las hermandades le falta un poco de vida, y se la podrían aportar los jóvenes si estuvieran arropados como ellos necesitan, porque el joven está buscando su sitio y, si no lo encuentra, se va. Eso no quiere decir que sea menos comprometido, sino que parece que se encuentra en un mundo de gente mayor o de familias asentadas en las hermandades.