No aguantan y, además, ahora ya no callan. La asamblea de jueces de la provincia exigió ayer por unanimidad la creación de al menos tres nuevos juzgados y la reforma integral de otros seis para comenzar a diluir el "colapso insostenible" que sufren los procesos. Sólo así, avisan, pueden evitar casos como el de Mariluz.
Fueron 26 de los 36 jueces de los partidos judiciales de la provincia los que se reunieron ayer con el presidente de la Audiencia de Sevilla, Manuel Damián Álvarez. Con una sola voz, pese a pertenecer a asociaciones de todo color y tendencia, acordaron redactar un informe en el que reclaman a la Junta, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Consejo General del Poder Judicial la creación de tres nuevos juzgados en la provincia. Es urgente un tercer juzgado en Lora del Río, otro en Coria del Río y un cuarto en Sanlúcar la Mayor. A ello será "indispensable" añadir la elevación a magistrados de los profesionales de Utrera, Alcalá de Guadaíra y Sanlúcar, lo que en la práctica supone más medios. "No podemos más", apuntilla Francisco Javier Carretero, decano de los juzgados de Sanlúcar la Mayor.
El informe con sus reclamaciones, que se dará a conocer en los próximos días, se vertebrará en torno a tres grande problemas: los medios físicos, los humanos y la coordinación. Todo se resume en voluntad y dinero, mucho y con urgencia.
Es "insoslayable" el "cambio total" de las sedes de Coria del Río, Osuna y Estepa. "Vamos, están para que nos vayamos mañana mismo, echas una pena", resume Rogelio Pérez, titular del Juzgado 1 de Coria. A esos edificios de nueva creación habría que añadir al menos la reforma "en profundidad" de tres más, los de Alcalá de Guadaíra, Utrera y Marchena. Es lo mínimo que se plantean para poder hacer frente a la pendencia excesiva de temas que se acumulan en sus despachos, y que en localidades como Coria alcanza el 180%, o lo que es lo mismo, los jueces asumen en un único juzgado el trabajo de casi dos oficinas. "Insoportable", insisten.
Pero los problemas de la Justicia sevillana no se resuelven sólo con ladrillos, sino con una nueva reorganización del trabajo; de ahí que los jueces también reclamen, por ejemplo, que se creen juzgados comarcales de violencia de género, al menos uno por cada dos partidos.
Los jueces exigen más funcionarios, mejor formados y no "dejados de la mano de Dios". Quieren más, entre tres y cuatro personas más por juzgado, y quieren que, si se dan de baja, sus huecos se cubran de inmediato, y no 45 días después del primer parte médico, como sucede ahora.
Las requisitorias no se comunican por falta de tecnología para hacerlo, por la carencia de redes informáticas potentes. Todo queda al azar de que un juez se lleve bien con su colega del pueblo vecino y lo llame y lo avise del desarrollo de un caso. De ahí que exijan medios telemáticos, más modernos y que garanticen una mayor interconexión.
