Como sello de su visita, los asaltantes se hicieron con diversos balones, material de entrenamiento y varios pares de zapatillas deportivas, además de destrozar numerosas puertas y ventanas del estadio Francisco Bono, como si ya no tuviera suficiente males a sus espaldas. Una vez hechas las primeras valoraciones, los dirigentes del club calculan el valor del robo en unos 1.000 euros, una cantidad importante para un equipo modesto como éste y que además no es la primera vez que se enfrenta a este tipo de problemas.
Fueron los propios jugadores, antes del comienzo del entrenamiento de este lunes, quienes se dieron cuenta de que nuevamente los cacos habían querido saquear y hacer su agosto con la plantilla que dirige José Antonio Asián. Es, de hecho, el octavo robo que sufre el estadio desde el pasado mes de mayo. Desde el club informaron de que esta vez parece que entraron la noche del domingo o la madrugada del sábado, ya que disputaban su jornada de liga fuera del Francisco Bono, en concreto en Pozoblanco, y estaba el campo de fútbol vacío por este motivo.
Esta vez, los perjudicados son directamente los jugadores de Alcalá de Guadaíra, además de las propias instalaciones deportivas, en las que los asaltantes destrozaron, para poder entrar en los vestuarios, varias puertas y candados. Dada esta situación, los capitanes del equipo se reunieron con varios directivos del club para explicarles lo ocurrido y estudiar las medidas que se pueden adoptar para que esto no vuelva a repetirse. Los jugadores aseguran que están "desesperados" pues las equipaciones tienen un alto coste y perderlas es muy duro. Incluso se están planteando ducharse en casa tras cada partido, para evitar nuevos robos.
El robo más sonado tuvo lugar el pasado 22 de mayo cuando el equipo jugó contra el Moratalla CF. Durante el encuentro desaparecieron 2.000 euros, así como numerosos objetos de los jugadores del equipo visitante, que llegaron a interponer 17 denuncias ante la Policía Nacional. Entonces, la junta gestora que por aquel entonces tenía el club y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra (PSOE) propusieron como primera medida la elaboración de un plan de seguridad. Pero desde el club aseguraron ayer que "todo se quedó en papel mojado".
Cabe recordar que el equipo de gobierno tiene prevista la remodelación integral de todo el campo de fútbol. Los trabajos incluirán la creación de unas gradas nuevas y de otros vestuarios que estarían acondicionados para evitar robos. El problema es que las obras no empezarán hasta abril de 2010 y los jugadores se preguntan qué harán hasta entonces para protegerse.
