'Hoy desayunamos con Larsson', debieron pensar al levantarse cientos de libreros. El fenómeno Millennium arrasa y el último volumen, La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino), vendió 200.000 ejemplares, la mitad de la tirada inicial.
'Este libro es una golosina para cualquier devorador de literatura', dijo el responsable nacional de la cadena Vips, Ignacio Merino."Hasta que no lees la tercera entrega no vas a atar todos los cabos sueltos", continuó promocionando. Claro que a la criatura literaria del sueco Stieg Larsson (que no ha vivido para conocer su rotundo éxito) no le hace falta mucha campaña de publicidad. 'Los libros de Millennium se venden solos, todo el mundo los compra, de todas las edades, es un fenómeno que no tiene parangón', comentó una atorada vendedora de El Corte Inglés mientras los clientes -Millennium mediante- se le acumulaban.
En los grandes almacenes Larsson fue la estrella, en la librería sí, pero también en los departamentos de perfumería, ropa y hasta en un stand al lado de las escarolas en el supermercado sevillano del céntrico El Corte Inglés. 'Es un vicio, Millennium me tiene excitada, como loca, no sabes cuanto lamento que esto se acabe aquí', confirmaba una entusiasta fan, Olivia, que ha aprovechado los días pasados para repasar las anteriores entregas Los hombres que no amaban a las mujeres y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.
Mientras Larsson continúa haciendo historia en medio mundo, sus lectores crecen y se multiplican: 'No hay un perfil concreto de lector, gusta a todos por igual, esta mañana [por ayer] al abrir la tienda había una heterogénea cola de 20 personas esperando', relata Piu, librera en la FNAC de Sevilla. 'Hoy todo lo que se vende es precio único, 22 euros y medio', comentaba con humor un dependiente de la cadena de librerías Beta.
'¿Por qué esperar si se puede comprar hoy?', 'Es alucinante, jamás conocí un libro que me enganchara tanto', 'Me costó mucho superar las 200 primeras páginas pero una vez que lo hice me lo llevo a la cama todas las noches', 'No soy friki pero con Millennium he sucumbido', 'Me he pedido el día libre para leerlo, son casi ¡900 páginas!' eran algunos de los testimonios que podían recogerse ayer a pie de caja registradora.
En pleno fragor de euros, los pequeños libreros fueron los únicos en levantar una queja. Y es que la editorial, superada por las expectativas, no fue capaz de atender la demanda:'Me he quedado sin ejemplares' -lamentaba Darío, de la hispalense Librería En Fuga- 'no hay cliente que no se haya llevado la novela para él y para familiares y amigos'.
El eco del reciente estreno de la primera película de la saga multiplicó el efecto Larsson que reunió a quienes corrieron a los puntos de venta para fagocitar el tercer volumen y también a los recién llegados a la aventura Millennium, una enrevesada historia detectivesca con aroma de película policiaca y con dos carismáticos personajes, el periodista Mikael Blomkvist y la pirata informática bisexual Lisbeth Salander, cuya vida corre alto riesgo al comienzo de las últimas 864 páginas.
Con más de un millón de ejemplares vendidos en España (sin computar la flamante tercera parte), la saga hace estragos entre los fans. Los suecos, encantados con el fenecido hijo pródigo, también hacen caja: 'El interés de la gente por viajar a Suecia se ha disparado, colocándose entre los destinos europeos más demandados', argumentaba ayer Lidia Soria, de Altair Viajes. Y, de paso, las guías de Estocolmo también duplicaron sus ventas. Son muchos los que no se conforman con el punto final. Toca ahora construir el mito Larsson.
