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Los líderes dejan para el último día el acuerdo de Copenhague

Zapatero insta a China y EEUU a no «eludir sus responsabilidades».

el 17 dic 2009 / 21:10 h.

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El presidente Rodríguez Zapatero participó ayer en la conferencia sobre el clima.
Después de 12 de días de sesiones en la conferencia sobre cambio climático en Copenhague (Dinamarca) -que termina hoy- aún no hay un gran (ni pequeño) acuerdo global que pueda calificar la cumbre como satisfactoria.


De hecho, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que participó ayer en la cumbre -un día antes de que llegue Barack Obama en busca de un acuerdo global y cargado de contenido- instó a "no eludir su responsabilidad ante el mundo".


En su intervención ante el plenario de la cumbre, Zapatero aseguró que la presencia de casi 120 líderes mundiales en esta reunión significa que "en el fondo todos los participantes desean un "acuerdo eficiente" para luchar contra el cambio climático. Insistió en varias ocasiones en que hay que llegar a un acuerdo "aquí y ahora" y subrayó que "si fracasamos en Copenhague, todos perderemos". Haciendo un guiño a las energías renovables, Zapatero terminó su intervención de alrededor de ocho minutos asegurando que "la Tierra no pertenece a nadie, sólo al viento".


Sobre China y Estados Unidos, el presidente del Gobierno recordó que la Unión Europea ya ha contraído un "serio" compromiso para reducir hasta un 30% las emisiones en 2020 y conceder a los países más necesitados ayuda financiera, cuya aportación española será de 375 millones de euros durante los próximos tres años. También indicó en la necesidad de lograr un acuerdo justo y defendió una reducción "contundente" de las emisiones y un cambio decidido en las fuentes de energía, que, según reconoció, supondrá un "gran esfuerzo" para muchos países, pero también "un camino de desarrollo y de avance colectivo". "Una nueva era energética ha de nacer", basada en el ahorro y la eficiencia energética, la apuesta por las energías renovables, un gran esfuerzo tecnológico y la democratización de la capacidad de producir energía, "que será un factor decisivo de reequilibrio de la riqueza mundial".


La carrera contrarreloj para alcanzar un gran acuerdo quedó patente ayer en los pasillos del Bella Center de Copenhague, en un intento de alcanzar un acuerdo de mínimos mediante una "decisión", en vez del acuerdo jurídicamente vinculante que desea la mayoría de los 192 países participantes. Fue Felipe Calderón, presidente de México, próximo anfitrión de la conferencia del cambio climático en diciembre de 2010, quien instó en su intervención a forjar un "acuerdo ambicioso" sobre la reducción de emisiones contaminantes que pueda convertirse en un tratado legalmente vinculante el año próximo. El enfrentamiento entre los países ricos y las naciones en desarrollo sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, característica de los primeros 11 días de negociaciones, ha dado paso a una fase más dialogante gracias a dos documentos sobre la reducción de las emisiones hasta 2050.


También, una propuesta de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, levantó los ánimos, al anunciar que EEUU contribuirá al "esfuerzo global" de los países ricos de destinar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, instó a todos los participantes a alcanzar un acuerdo mientras el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que un fracaso en las negociaciones de la "será una catástrofe para todos".

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