“Te falta ponerle el juanete”, le comenta una vecina a José Manuel Rodríguez Trigueros , uno de los tres seleccionados para esculpir sus obras de arte en el I Simposio Internacional al Aire Libre de Gilena (Artifex’10). Estará allí hasta el día 30, en la plaza de la Ermita y junto al manantial de El Ojo, trabajando en su pieza, “que realza la belleza de los pies, que siempre se ven como algo sucio e informal”, según dice.
Este artista, natural de Orihuela (Alicante), plasma esa belleza con dos pies entrelazados que, por el momento, únicamente se ven en el boceto, ya que sólo llevan trabajando desde el pasado jueves. Únicamente le ha dado tiempo “a quitarle todo lo que le sobraba a la piedra” que, cómo no, se ha sacado de dos canteras de este municipio de la comarca de la Sierra Sur.
Y es que Gilena, aunque nació de un manantial natural que, desde la época romana, ha dado de beber a generaciones de vecinos, se ha curtido a la sombra de sus olivos y, en especial, de su rica cantera, de donde sale la piedra caliza que le ha dado lustre. El cantero de toda la vida trabajaba al aire libre, a pie de obra o en el exterior de sus talleres. Como emulan estos tres jóvenes artistas –no pasan de los 30 años– que fueron seleccionados de una lista de candidatos procedentes de todos los rincones del mundo: desde India hasta Cuba, pasando por Portugal y Armenia.
Entre los elegidos hay uno del pueblo. No es para menos. Antonio Jurado tiene sangre de cantero en sus venas. Su experiencia es heredada. Cuando era pequeño ya oía a su padre trabajando en el taller de su casa. Incluso viene de sus predecesores, que como muchos vecinos de Gilena se arrimaron al calor de la piedra. Por eso, viajó a Almería y Granada, para formarse en el noble oficio de dar vida a todo tipo de material y, después, regresó a la Sierra Sur, donde en unos días será profeta en su tierra. “Es un orgullo que voy a tener para siempre”, explica este joven.
Y es que su obra de arte, como la de los otros dos aspirantes tiene premio. La ganadora pasará a formar parte de la Colección Museográfica de Gilena –reconocida de manera oficial por la Junta de Andalucía el pasado mes de junio– mientras que las otras dos embellecerán enclaves ilustres del municipio. El director de la colección, Dimas Morillas, insiste en la necesidad de dar continuidad a este simposio, que aspira a ser de carácter bienal, para que, en un futuro, “haya una colección viviente en sus calles del pasado y presente de Gilena”.
El artista de Gilena trabaja a dos tiempos: a veces usa la radial, para dar forma a su escultura, y otras coge el utensilio más tradicional, el martillo y el cincel, para pulir los detalles. Su obra de arte, titulada Cambio climático, pretende concienciar a la sociedad de la importancia de cuidar el medio ambiente y lo simboliza con un brazo que sujeta otro y, de este último cae una estalactita que se está derritiendo. “Tenemos que saber que en nuestras manos está el futuro de la tierra”, señala este comprometido artista.
No menos comprometido es el tercero de esta terna, Josep Manuel Juan Moraleda, de Valencia, aunque todos lo llaman Joseíto. El lo acepta de buen grado mientras trabaja en la base de su escultura, un rostro amable que quiere simbolizar la paz en el mundo. “La modelo es una amiga mía, alguien que sólo con conocerla te hace ser mejor persona”, comenta el autor, muy concienciado de que “en el mundo hace falta más paz interior, más calma para evitar conflictos”.
Todavía quedan muchos días para estar en plena calle trabajando. Pero con el poco tiempo que llevan ya les ha sorprendido una cosa: la cantidad de personas que no sólo vienen a verlos, sino que preguntan cuestiones específicas sobre el tipo de piedra o los utensilios que están utilizando para su trabajo estas dos semanas. Son los abuelos del pueblo, que se han pegado toda una vida en la cantera “y que saben muy bien de lo que hablan”, como aclara el renombrado Joseíto.
Incluso algunos lamentan no haber tenido la formación suficiente como para hacer esas obras de arte de la piedra. Para que eso no ocurra, el Ayuntamiento de Gilena también busca que este simposio sirva de cantera para servirse de la cantera. Es decir, que salgan de Gilena nuevos maestros que trabajen la piedra. “Seguro que así resurgirá el oficio de cantero entre los jóvenes”, manifiesta su alcalde, José Manuel Joya (IU), que todos los días se da una vuelta por la plaza de la Ermita para ver cómo poco a poco, la piedra se hace arte.
