Quien esperara que Zoido hiciera una presentación turística de la Sevilla riá pitá en el Parlamento Europeo, cuya sede de Bruselas le abrió ayer las puertas para que cantara las excelencias de la capital, se equivocó. Las referencias a las procesiones, los toros, las mujeres de flamenca y a que somos lo mejor del mundo las hubo, estaban en el guión, pues al fin y al cabo constituyen la idiosincrasia de la ciudad, junto con su cultura y patrimonio. Pero el alcalde, además, pintó una villa para vivir y trabajar en un discurso institucional dirigido no sólo a captar turistas el objetivo primordial del viaje, sino también a arrancar fondos comunitarios y atraer inversión empresarial. Era la segunda vez que la Eurocámara daba la bienvenida a una ciudad, aquí está su casa, promociónese. La primera correspondió a Roma. La fecha, clave. En estos momentos se cuece el entramado financiero de Europa para el próximo septenio. Eso es dinero. Hay que asomar la cabeza. O nos movemos, o no salimos en la foto. Así de claro. Cuatro mandamientos tiene Sevilla por obra y gracia de los sevillanos. Leyó el catecismo Zoido. Primero, ciudad de la historia y el patrimonio. Segundo, ciudad para vivir y trabajar. Tercero, ciudad del talento y la excelencia. Y cuarto, ciudad sostenible. Después de esto, a ver qué regidor vende mejor su tierra. Para los turistas, y para los inversores. De hecho, la delegación institucional tres concejales y el primer edil estaba acompañada no sólo de empresarios y asociaciones vinculadas directamente con el turismo Fibes, agencias de viajes, restaurantes, hoteles, organizadores de congresos, guías profesionales, autobuses turísticos, firmas de cruceros, academias de lengua y modistos, sino también de directivos procedentes de proveedores de la gastronomía, aceituna de mesa, vino, aceite de oliva, jamón y tortas de aceite. Gastronomía de la mano del turismo y turismo de la mano de la gastronomía y la agroindustria sevillana, comentó el restaurador Pedro Sánchez Cuerda y ratificó el aceitero Álvaro Guillén en los pasillos de la institución europea minutos antes de esta particular puesta de largo de Sevilla. Zoido glosó la Sevilla histórica y cultural, sus principales monumentos, en especial los tres considerados Patrimonio de la Humanidad (Catedral, Real Alcázar y Archivo de Indias). Sevilla es una ciudad en la que se vive muy bien, con grandes posibilidades de ocio, cultura y fiestas que completan una amplia oferta de entretenimiento para vivir la ciudad. Se disfruta y se vive en la calle, y su gastronomía es un elemento esencial. Como para no ir, le faltó decir. Inciso. Teniendo en cuenta que recientes estudios hablan de que Sevilla es actualmente muy valorada por su cultura, oferta de ocio, principalmente la musical, pero no tanto por su gastronomía sí, tienen más atractivo los pintxos vascos que las tapas, según un informe de Exceltur, las palabras del alcalde hispalense sonaron a gloria entre restauradores e industriales allí presentes. Pero renquea, asimismo, en atracción de congresos, y he aquí que expuso las virtudes del nuevo auditorio de Fibes y del conjunto del Palacio de Congresos. No podía dejar de hacer alusión a la esperanza depositada en los cruceros. Sin embargo, matiz importante, Zoido no mencionó el polémico dragado del Guadalquivir: A la espera de volver a ser el motor económico de la ciudad con la llegada de grandes cruceros y la implantación de una zona franca que impulse y atraiga el comercio, el río es hoy un gran espacio de ocio. Presumió de deportes, presumió de campeonatos y presumió de carriles bici, y también de Isla Mágica, de sus cines, de los rodajes, del teatro de la Maestranza, de óperas, de la Bienal, del Bellas Artes, del Lope de Vega y hasta de la novedosa exposición de las Santas de Zurbarán y, cómo no, de su Semana Santa y su Feria de Abril, y sus toros, y su representación de la pasión de Jesucristo y el dolor de la Virgen María bajo palio. Pues sí, no le faltó pasión. Yerbabuena, durante su impresionante actuación en la Eurocámara Y llegamos al meollo, la ciudad para trabajar. Citó Abengoa, Renault, Heineken España, Airbus Military y Persán y también el parque científico tecnológico Cartuja y hasta los trasplantes que realiza el Virgen del Rocío. Se enorgulleció, asimismo, de su población joven con un elevado nivel de cualificación y emprendedora, y del talento de personajes tan dispares como Aníbal González, Paz Vega, Blanca Manchón, Manuel Clavero e incluso Felipe González. Y cantó, por último, a la Sevilla verde de jardines y parques, citando, uno por uno, dieciocho, con 180.000 árboles repartidos por la ciudad. Y todo esto, concluyó, convierte a Sevilla en una de las mejores ciudades del mundo, en todos los sentidos. Toda una declaración de amor. Tras la intensa agenda de la mañana, la tarde-noche permitió disfrutar de momentos como la actuación del pianista José Luis Aldea, que interpretó la Sevilla de Albéniz, de la presentación de la Sevilla turística (Sevilla. Un sueño en el alma de Europa), o de sendos vídeos de la ciudad monumental setas incluidas, cogidas desde un impresionante picado y de la Feria. Pero el colofón, realmente espectacular, fue el baile de Eva Yerbabuena, cuyo taconeo flamenco llenó el salón de europarlamentarios, que aplaudieron a rabiar puestos en pie.