Cultura

Los marcianos tampoco cambiarían el mundo

Un acontecimiento planetario está a punto de suceder, pero las preocupaciones de los cuatro personajes de esta novela no se alteran lo más mínimo. Tal es el punto de partida de Vidas extraterrestres (Alfaguara), lo último de Rodrigo Muñoz Avia.

el 14 sep 2009 / 22:43 h.

Un acontecimiento planetario está a punto de suceder, pero las preocupaciones de los cuatro personajes de esta novela no se alteran lo más mínimo. Tal es el punto de partida de Vidas extraterrestres (Alfaguara), lo último de Rodrigo Muñoz Avia.

El escritor madrileño que se dio a conocer con la novela Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos regresa a la narrativa con una historia que transita de la ciencia-ficción al realismo puro. "Empecé pensando en una mujer que llega a casa agotada, pone la tele y ve una noticia impresionante", explica el autor. "Este personaje fue tirando de otros: quería que fuera una historia coral, pero terminé recortando, porque aquello se convirtió en un mosaico".

El descubrimiento de que hay vida extraterrestre es, sin embargo, un señuelo para enganchar al lector. "Me interesaba el mecanismo, la reacción de los personajes. no se trata del fin del mundo, no hay un ataque beligerante de los marcianos. En el fondo no cambia nada. Hay un momento, sí, en que los problemas se relativizan y todos aprenden a valorar lo que tienen. Pero la conclusión es que la vida humana posee una riqueza y unos conflictos que son muy difíciles de modificar", añade Rodrigo Muñoz Avia.

Admirador de autores norteamericanos como Don Delillo o Philip Roth, el novelista echa mano del recurso del humor, pero no de un modo tan abierto como en Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos. "Está el mismo autor detrás, la misma mirada sobre lo que nos rodea, hay muchas similitudes entre una obra y otra. Pero la otra estaba en un registro muy cómico, y en Vidas extraterrestres está quizá menos señalado el registro paródico", comenta.

Muñoz Avia, conocido también por su trabajo como autor de libros infantiles y por firmar algunos guiones cinematográficos. "Esta novela ha sido muy obsesivo, como un parto de cuatrillizos. Lo que más me gusta de este oficio es el momento de pescar ideas", apostilla.

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