Casi dos años después del nau-fragio del Nuevo Pepita Aurora, en el que ocho personas fallecieron, la prometida recolocación en tierra de los supervivientes no se ha producido. Los 8 marineros, que continúan en situación de desempleo, amenazan con movilizarse la semana próxima en Sevilla.
El accidente, que se produjo cuando regresaban a Barbate tras faenar en Marruecos, ha dejado en estos pescadores secuelas psicológicas que les impiden volver a trabajar en el mar. El entonces consejero de Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña, anunció entonces que a estas personas se les facilitaría un trabajo en una empresa de envasado de su localidad. "Ya se está alargando esto, en septiembre hace dos años. Vamos a mover nuestras cartas, a ver qué solución nos dan", señaló José Crespo, uno de los supervivientes. Él, al igual que sus compañeros, se ha quedado sin medios para subsistir y si no se adopta ninguna medida trasladarán sus protestas a Sevilla el miércoles 30. Antes de organizar la protesta tienen previsto reunirse mañana con el alcalde de Barbate, el socialista Rafael Quirós, para que medie ante la Junta.
Mientras, el caso avanza con más novedades en la instrucción. El juzgado de Algeciras ya ha recibido la ampliación del informe de la Comisión de Siniestros Marítimos, dependiente del Ministerio de Fomento, solicitada por la Fiscalía. La principal conclusión es que el naufragio hubiese sido aún más "virulento" si el barco hubiese tenido un depósito de agua, como recomendaba el libro de estabilidad, en lugar de los tres que había en la embarcación siniestrada. La investigación del caso, en el que está imputado el patrón del barco, José Vega, se encuentra en una de sus últimas fases. El fiscal, Juan Cisneros, calcula que "si no hay sorpresas" podría celebrarse el juicio a finales de este año o a principios del próximo.
