Después de la cumbre de Bruselas, donde los 26 -todos los miembros menos el Reino Unido- dieron el visto bueno a un nuevo tratado que pretende salvar a Europa de la debacle, quedaba esperar cómo reaccionarían los mercados a medidas como la sanción automática a los Estados cuyo déficit superar el 3% del PIB o la inyección de 200.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que esta entidad pueda prestar ayuda a países con problemas. Y la respuesta fue negativa a las pretensiones de Bruselas. De hecho, la prima de riesgo española -diferencial que mide lo que el país debe pagar por su deuda con respecto a la alemana- volvió a superar los 400 puntos y retornó a niveles de noviembre.
Así, el Íbex 35 cerró la sesión con una bajada del 3,11% que le hizo perder la cota de los 8.400 puntos, lastrado por los recortes de grandes valores como Santander (-4,22%) y BBVA (-3,93%), que reflejaban la decepción de los inversores ante las conclusiones de la cumbre europea.
Los números rojos se impusieron en todas las plazas del Viejo Continente, con especial intensidad en Madrid y en Fráncfort, pero también en París y Londres, mientras que la tensión volvió a las primas de riesgo de España e Italia, que marcaron finalmente 377 y 500 puntos básicos, respectivamente.
Las plazas se hicieron así eco de la resaca de los inversores quienes, tras la borrachera de expectativas del pasado viernes, desmenuzaron con mayor profundidad los acuerdos alcanzados en la cumbre europea para atajar la crisis de deuda soberana.
Arcelormittal lideró el ranking de retrocesos del selectivo madrileño, con una caída del 6,58%, seguido de cerca por FCC (-5,82%) y a algo más de distancia por OHL (-4,76%). Solamente el Sabadell, que la semana pasada se adjudicó la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), logró desmarcarse del resto de valores del selectivo y sellar la jornada en terreno positivo (0,24%).
Los líderes europeos acordaron el viernes un borrador de un nuevo tratado para una mayor integración económica en la Zona Euro, aunque el Reino Unido, la tercera mayor economía del bloque, rehusó unirse a los 17 Estados del euro y a otros nueve países de la UE en una unión fiscal.
Por su lado, la vicepresidenta económica en funciones, Elena Salgado, confió en que la implementación de las medidas acordadas la semana pasada en la cita europea tranquilice a los mercados de deuda en las próximas y señaló que cada país tendrá que seguir cumpliendo con sus obligaciones mientras tanto.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aclaró ayer que el acuerdo alcanzado por todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE para una "auténtica gobernanza política" contará en quince días con "contenido jurídico" con el fin de que pueda firmarse un tratado el próximo mes de marzo.
Incertidumbre. En este contexto, el Tesoro Público volverá a acudir a los mercados esta semana para intentar colocar hasta 7.750 millones en dos emisiones de letras y obligaciones, que servirán para medir el impacto de los acuerdos en la cumbre europea centrados en el refuerzo de la integración fiscal, según consta en su página web. En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Economía realizará una subasta de letras a 12 y 18 meses hoy, en la que espera obtener entre 3.250 y 4.250 millones de los inversores pese a la persistencia de la desconfianza.
La última vez que el Tesoro subastó este tipo de papel fue el 15 de noviembre, cuando logró colocar 3.158,07 millones, aunque se vio obligado a subir el interés a máximos, por encima del 5%, para cerrar la emisión por la tensión a la que estaban sometidos los mercados.
En aquella ocasión, el organismo tuvo que situar la rentabilidad en el nivel más elevado desde el año 1997, algo que volvió a ocurrir en las siguientes subastas: obligaciones a 10 años (17 de noviembre) y las letras a 3 y 6 meses (22 de noviembre).
Estas emisiones se celebraron en momentos de mucha tensión y desconfianza en los que la prima de riesgo española llegó incluso a superar el umbral de los 500 puntos básicos, aunque los mercados se han relajado ligeramente desde entonces. De hecho, la última vez que el Tesoro se sometió al examen de los inversores (el 1 de diciembre) colocó el máximo previsto en bonos y obligaciones a tipos más altos, pero sin tener que situar la rentabilidad por encima del 6%, como esperaban los mercados.
El panel de previsiones que elabora la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) recortó hasta el 0,2% la previsión de crecimiento del PIB para 2012, frente al 1% de la estimación anterior, y la situó por debajo incluso del pronóstico de los organismos internacionales. Cinco de los participantes en el panel prevén, de hecho, una tasa negativa.
