El Consejo de Ministros ha anunciado la autorización para que EEUU mantenga un año más su despliegue militar en la base aérea de Morón de la Frontera, donde a partir de ahora habrá 850 infantes de marina así como 17 aeronaves de transporte, repostaje y apoyo.
Este aumento de la dotación militar estadounidense y su prolongación en el tiempo ha sido percibido como un auténtico jarro de agua fría tanto por políticos como por la plantilla española de la base, inmersa en varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que considera que se están sustituyendo puestos de trabajo de personal español por norteamericanos.
Ha sido el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el encargado de explicar las nuevas relaciones con el Gobierno de EEUU y la ampliación del uso de la instalación militar, motivada según Morenés por la «situación de inestabilidad» que vive el norte de África y, de forma particular, el Sahel (al sur del Sáhara) y la necesidad de protección tanto de instalaciones como del personal destacado en los países árabes.
Es por ello, que los efectivos desplegados en Morón aumentarán para pasar de 500 marines a 850, aunque se podría llegar a alcanzar los 1.100 en «momentos de solape» durante los relevos. Por otro lado, el Ejército norteamericano duplicará su fuerza aérea, al pasar de seis a 12 aviones de transporte MV22 y de dos a cuatro los aviones de repostaje KC130, además de una aeronave de apoyo nueva. Todo ello con el objetivo de aumentar la fuerza de respuesta de los EE.UU frente a África.
En el año 2013, EEUU desplazó en esta base de la Sierra Sur a unos 500 marines en respuesta al ataque contra su consulado en Bengasi (Libia). En principio su permanencia iba a ser temporal puesto que, en el primer momento, el Pentágono comunicó que la intención de Washington era buscar una base en África. Al no encontrar el lugar idóneo se decidió en su lugar la prórroga de este acuerdo que lleva varios meses generando críticas.
Aunque algunos moronenses ven en la llegada de nuevos efectivos un motivo de alegría por la repercusión económica que podría tener en la localidad, desde el Gobierno local y el personal español de la base la ampliación del convenio ha sido fuertemente criticada.
La plantilla española de la base viene soportando desde hace años ERE sucesivos y, en numerosas ocasiones, han reclamado la modificación del convenio bilateral EEUU-España para que el aumento de tropas norteamericanas tenga como contraprestación el aumento del empleo en la base, situada íntegramente en el vecino término de Arahal, pese a su nombre. Desde los tres comités de empresa se ha mantenido que se estaba despidiendo personal «para suplirlos con puestos norteamericanos».
Del mismo modo la renovación del acuerdo ha sido criticada por los partidos políticos locales, que abogan por una ampliación del convenio siempre que tenga «una repercusión directa para el empleo local», como señalaba hace algunas semanas Juan Manuel Rodríguez (PSOE), alcalde de Morón. El mismo argumento que utiliza el concejal del PP Antonio Ramírez, quien ha intentado «pactar iniciativas para que no se produjeran más despidos».
