El barrio de Los Montecillos se despertó ayer con un despliegue de varias furgonetas de la Policía Nacional, con agentes que controlaban a los transeúntes pidiéndoles que se identificaran y registrando sus pertenencias en busca de armas blancas o de otro tipo e interrogándoles sobre el ataque ocurrido junto a la residencia de la Guardia Civil el pasado sábado. Es la respuesta para buscar a los culpables del ataque, en el que resultaron heridos dos agentes. Varios de los edificios de la barriada estaban a mediodía rodeados por hasta tres parejas de la Policía Nacional que busca a los autores de la agresión, que ya están identificados.
Entre tanto, en el hospital continuaba ingresado uno de los agentes heridos -el otro recibió el alta por la mañana- y su mujer no podía ocultar su pesar. "Eran sólo dos agentes y los atacaron entre cuatro sin motivo... No es cierto que los guardias civiles los provocaran: basta con mirar que dos de ellos terminaron en el hospital y de los vecinos no hay ni un herido", agregó esta mujer que lleva dos años y medio residiendo en el cuartel y que ahora vive con el miedo en el cuerpo por lo ocurrido.
Precisamente ayer, el general jefe del cuerpo Antonio Dichas se reunió por la mañana con las familias que viven en el cuartel para conocer sus necesidades.
Porque no es la primera vez. En 2007 un vecino se dedicó a disparar con una escopeta de perdigones a todo el que salía del cuartel. Durante varios días, hasta que se le pudo localizar y detener. La pasada primavera un agente acudía a su domicilio a las 6.00 horas tras acabar su jornada laboral, cuando cuatro hombres le propinaron una paliza y así "bastantes más casos sólo en ese edificio", según fuentes de la Guardia Civil.
El Ayuntamiento de Dos Hermanas no niega que haya altercados, pero matiza que son casos puntuales. "La presencia de la residencia de la Guardia Civil en el barrio refuerza la seguridad", declaró ayer el concejal de Policía Local, José Román.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Dos Hermanas Unidad Nazarena abordará esta semana con la Policía Nacional la problemática del barrio.Su presidente, Antonio Rincón, aclaró que "no es una barriada tan conflictiva como está saliendo en la prensa".
Pero la tensión sigue siendo tan grande que todos prefieren permanecer en el anonimato. Tan sólo una vecina aceptó ayer dar sus iniciales, P.V.C., de 41 años, que contó que el pasado sábado los guardias civiles persiguieron a los sujetos que tiraban piedras sobre el cuartel, pero agregó que durante la noche los agentes se dedicaron a entrar en las viviendas del barrio vestidos de paisano. "Hoy mismo [por ayer] me han tenido una hora parada pidiéndome el DNI y preguntándome si llevaba un cuchillo, y yo iba a recoger a mi niña al colegio".