Los niños de las familias que huyeron del Polígono Sur tras un tiroteo para refugiarse en chabolas cogerán hoy un autobús e irán a un colegio en el que se ducharán, merendarán y pasarán la tarde jugando y, si quieren, realizando actividades educativas. No coincidirán con otros críos.
La actividad, que es voluntaria, trata de ofrecer una alternativa durante lo poco que queda de curso a unos niños que llevan dos meses y medio sin ir a clase. Serán trasladados a un centro escolar que no es el suyo, fuera del horario de clases, por lo que no coincidirán con los estudiantes de ese centro. Permanecerán allí un par de horas, en una convocatoria entre educativa y de ocio y sin un programa claro, ya que se decidirá sobre la marcha según los críos que finalmente acudan y lo que ellos mismos quieran hacer.
Profesores, monitores, trabajadores sociales y voluntarios que trabajaban con ellos en el Polígono han accedido a acompañarlos, para tranquilidad de los padres, que recibieron la idea con cierto temor.
Un centenar de niños huyó del Polígono Sur hace 73 días con sus familias, después de que algunos de sus parientes se vieran implicados en un tiroteo en el que murió un joven. El temor a una venganza de la familia de la víctima los ha mantenido alejados del barrio y les ha impedido volver a los centros en los que unos 70 de ellos estaban escolarizados, la mitad yendo regularmente a clase, según los datos del Comisionado para el Polígono Sur. Sus profesores siempre mostraron su voluntad de apoyarlos cuando las administraciones implicadas -Gobierno, Junta y Ayuntamiento- decidieran qué hacer con los pequeños.
Por su parte, las familias tienen previsto acudir hoy al Polígono Sur para intentar verse con el Comisionado y que les explique si hay avances en su situación, tras haber entregado la documentación para intentar volver a sus pisos.
Las administraciones, que afirman estar "trabajando mucho desde el primer día" para solucionar un problema "muy, muy complejo", se vieron la semana pasada para diseñar una estrategia, y ésta podría ser una primera medida, aunque la Junta no respondió ayer a este periódico. El Defensor del Pueblo pidió que se priorice la atención a los niños y no se les haga esperar hasta alcanzar una solución global, que puede ir para largo.
