Dejad que los niños se acerquen a mí. La frase bíblica se aplicará la próxima semana en las Atarazanas, erigida por Alfonso X sobre la base de los primitivos astilleros romano e islámico en pleno Arenal. 115 colegios de Sevilla y provincia desfilarán por sus imponentes arcadas. Se busca crear afición.
Las Atarazanas necesitan, para eclosionar y ocupar el lugar que por historia merecen, del concurso de todos, adultos y pequeños. A los primeros se les está intentando en los últimos tiempos dar a conocer, más que por sí mismas, por las iniciativas que viene acogiendo en tanto que contenedor de excepción (miles de metros cuadrados diáfanos a medio rehabilitar, sólo compartimentados por sus arcadas mudéjares).
Sin embargo, la asignatura pendiente eran los niños, la cantera, y las Atarazanas, una vez puestas en valor como merecen (lo que no ocurrirá hasta la próxima década), precisa de una operación de marquetin divulgador a gran escala, pues tal es su déficit de conocimiento entre el público de a pie. Es aquí donde halla sentido la iniciativa impulsada, desde este lunes y hasta finales de abril, por la Junta de Andalucía y la Fundación Atarazanas, que permitirá a unos 10.000 escolares de Primaria corretear por sus anchuras y degustar, con mensajes adecuados a su edad, la singularidad del trozo histórico más marinero que le sobrevive a Sevilla a la vera del Postigo del Aceite y, cómo no, del río.
El plan divulgador está financiado casi a partes iguales por Junta y Fundación Atarazanas. La primera pone parte en especie, mientras que la segunda aporta unos 250.000 euros que, como recuerda su presidente, José Martínez, "salen del bolsillo de los empresarios de Sevilla que se han enrolado en la fundación y están empujando para revitalizar las Atarazanas". En total, hablamos de medio millón de euros. Lista de espera. La respuesta a la oferta de visita no se ha hecho de rogar en los colegios.
Hasta abril desfilarán unos 115 centros de Sevilla y su provincia, pero es que hay una lista de espera de más de 250, y eso sin contar las demandas de otras provincias andaluzas, que también estarían dispuestas a madrugar para conocer de primera mano esa mole arquitectónica que tan bien explica la evolución de Sevilla desde la Antigüedad hasta la actualidad y que durante tanto ha permanecido sin pena ni gloria.
Cada día laborable se han establecido cuatro pases de una hora cada uno. Las visitas comienzan a las 10 de la mañana y concluyen a las 14.00. A cada grupo de escolares le corresponde un guía turístico de la Junta, que les explicará el valor de lo que pisan. Y de complemento, el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, también de la Junta, les hará entrega a cada uno de un cuaderno didáctico elaborado ex profeso y que, aparte de un lenguaje claro y directo, recrea con logradas ilustraciones la peripecia del monumento, desde las necesidades romanas de fijar el puerto de Híspalis hasta las primeras hechuras astilleras conferidas por los musulmanes, pasando por su consolidación en época cristiana.
Además, los escolares llenarán el estómago de una manera especial: conociendo las bondades de la comida ecológica. Es la forma en que se suma a la iniciativa la Consejería de Agricultura. Concluida la visita, los grupos regresarán en los mismos autobuses gratuitos que los habrán traído hasta la calle Temprado.
