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Los no violentos del Villamarín

El Betis habló con los Supporters para que mejoraran su conducta y en la pasada Liga protagonizaron sólo tres incidencias.

el 11 sep 2012 / 20:35 h.

Aficionados del Betis en el Gol Sur.
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Los ultras, violentos, radicales o como quieran llamarse se han convertido en asunto de moda en el fútbol español, más si cabe en el fútbol de Sevilla, a raíz del conflicto que mantienen los Biris con José María del Nido y, en definitiva, el Sevilla FC. En el Betis, tan dañado histórica y económicamente por las acciones de los hinchas de la zona central del Gol Sur, la situación es ahora inversa a la de su eterno rival, hasta el punto de que el consejero José Antonio Bosch llegó a decir lo siguiente el lunes: "Han desaparecido las bengalas, los actos violentos, los insultos racistas y xenófobos... así que no puedo hablar de radicales". Ni tampoco de violentos, por tanto. Y no es casualidad ni una buena racha de modales de los que otrora lanzaban esas bengalas, protagonizaban esos actos violentos o cantaban esos insultos. Es el fruto de una especie de negociación entre las dos partes, el club y los hinchas, a lo largo de la pasada temporada, en la que ya se notó un cambio importante en el comportamiento de ese sector de la grada.

Las pruebas son irrefutables. Después de varias temporadas en las que las multas al Betis llegaban una semana sí y otra también por culpa de bengalas o cánticos ofensivos, en la 2011-12 sopló otro viento, mucho más amistoso y favorable para los intereses del club. Aparte de unos punteros láser en la última jornada contra el Barcelona y un paquete de cacahuetes lanzado a un asistente desde la parte baja de Preferencia en la antepenúltima, frente al Atlético de Madrid, hay que remontarse a la jornada 18ª, en el Betis-Sporting, para recabar la última incidencia de público directamente relacionada con el Gol Sur en el acta de un árbitro.

"En el minuto 23 de partido, tras conseguir el primer gol el equipo local, explotaron hasta cuatro petardos en la grada, lo cual fue comunicado al delegado de campo para que se avisase por megafonía de que no se repitiese este hecho. Pese a todo, tras la consecución del segundo gol volvió a explotar otro petardo en la misma zona", escribió el colegiado catalán Estrada Fernández. El cambio de tendencia en el Villamarín fue tan notorio durante toda la campaña que en total sólo hubo ocho referencias de los colegiados a incidentes de público y, en realidad, apenas tres tuvieron que ver con el Gol Sur. El ya referido del choque contra el Atlético, otro en la quinta jornada, frente al Zaragoza, y uno más en el derbi.

"Antes de iniciarse el encuentro, a la vez que los participantes del mismo entraban en el terreno de juego, se encendió una bengala en uno de los fondos donde estaban ubicados aficionados ataviados con indumentaria del equipo local", reflejó Mateu Lahoz, árbitro del partido contra los maños. "Explosionaron varios petardos durante el desarrollo del partido", explicó el árbitro del derbi.

El resto de problemas son de lo más variopintos, pero nada que ver con lanzamientos de bengalas u ofensas a futbolistas rivales. Por ejemplo, en la jornada 14ª, ante la Real Sociedad, el árbitro consignó el lanzamiento de una botella de agua "medio vacía" en la zona donde los jugadores donostiarras celebraban el 2-3 definitivo, que no era ni mucho menos cerca del Sol Sur.

En la 12ª, contra el Málaga, se repitió el puntero láser contra un jugador visitante y uno de los asistentes del árbitro. En la jornada 3ª, en el Betis-Mallorca, el protagonista fue Palmerín, que "interceptó el balón antes de que saliera completamente del terreno de juego". Y en el derbi frente al Sevilla también "se lanzaron multitud de rollos de papel higiénico al terreno de juego desde todos los graderíos". A cambio de portarse bien, los Supporters disponen de un cuarto para preparar sus tifos, todo supervisado por el club. "Nuestra relación es buena. Asumieron el compromiso", resume Bosch. Por el bien del Betis, que dure.

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