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Los obispos dicen que la ley de muerte digna no debería obedecerse

el 27 jun 2011 / 13:57 h.

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La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha aprobado la  'Declaración con motivo del proyecto de ley reguladora de los  derechos de la persona ante el proceso final de la vida' en la que  afirma que la Ley de Muerte Digna , en su actual redacción, no debe  ser obedecida, y que se debe intentar abolir, modificar o no aprobar. 

"Las leyes que toleran e incluso regulan las violaciones del  derecho a la vida son gravemente injustas y no deben ser obedecidas.  Es más, esas leyes ponen en cuestión la legitimidad de los poderes  públicos que las elaboran y aprueban. Es necesario denunciarlas y  procurar, con todos los medios democráticos disponibles, que sean  abolidas, modificadas o bien, en su caso, no aprobadas", señala el  documento, aprobado en el marco de la CCXX Comisión Permanente de la  CEE celebrada la pasada semana.  

Concretamente, el secretario general y portavoz de la CEE, Juan  Antonio Martínez Camino, ha señalado en rueda de prensa que la norma  no es una "ley justa" y que, por tanto, "no obligaría a su  cumplimiento si no se modifica". En este sentido, ha asegurado que  esto no quiere decir que la Iglesia Católica rechace la democracia  sino que "justamente" la "está ejerciendo de manera fundamental".  Además, ha advertido de que no debería haber prisa en regular un  asunto de "tal trascendencia".  

Además, en el texto, piden que se reconozca y garantice el derecho  a la objeción de conciencia a los profesionales sanitarios que se  vean implicados en "situaciones que conlleven ataques legales a la  vida humana" y rechazan que "desaparezca el criterio de la 'lex  artis' o buena práctica médica como límite a la absoluta autonomía  del paciente terminal".

En esta línea, aunque los obispos admiten la intención "laudable"  del proyecto de ley de "proteger la dignidad de la persona en el  final de la vida sin despenalizar la eutanasia", señalan que "no lo  consigue" porque "deja puertas abiertas a la legalización de  conductas eutanásicas".  

Concretamente, consideran que "una concepción de la autonomía de  la persona como prácticamente absoluta y el peso que se le da a tal  autonomía en el desarrollo de la ley acaban por desvirtuar la  intención declarada y por sobrepasar el límite propuesto de no dar  cabida a la eutanasia".

Asimismo, señalan que algunos conceptos se explican de forma  "reductiva" en la normativa como la definición del término eutanasia  que, a su juicio, se centra sólo en las acciones directas y "se deja  abierta la puerta a las omisiones voluntarias que pueden causar la  muerte o que buscan de modo directo su aceleración".

SEDACION, ABANDONO TERAPEUTICO Y OMISION DE CUIDADOS


Según la CEE, entre las conductas "eutanásicas" que se  "legalizarían" con esta normativa estaría la "sedación inadecuada"  cuya aplicación, según explican los obispos, debería depender del  "juicio médico y no de la voluntad del paciente", un punto que, a su  parecer no queda claro en el texto, pues incluye este tratamiento  como "un derecho" del paciente.

Igualmente, consideran que la normativa también podría favorecer  el abandono terapéutico y la omisión de los cuidados debidos, al  establecer la norma la realización de actuaciones sanitarias que  garanticen el "debido cuidado" del enfermo y no especificar en ese  concepto aspectos como la "alimentación e hidratación" del mismo.  

DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA


Por otra parte, en la declaración, los miembros del Episcopado  aseguran que en el proyecto de ley está "mal tratado" el derecho de  libertad religiosa que "ni siquiera se menciona". En su lugar, según  indican los prelados, el texto legal formula "un nuevo derecho al  acompañamiento dentro del cual incluye una asistencia espiritual o  religiosa de la que se dice que los pacientes tendrán derecho a  recibir si ellos se la procuran".

Sin embargo, ha precisado que se ha producido un cambio "positivo"  entre el anteproyecto y el proyecto de ley ya que en el primero "ni  siquiera se decía que los pacientes tenían derecho a una asistencia  espiritual" mientras que en el segundo sí se reconoce. Además,  Martínez Camino ha advertido de que el proyecto tampoco alude a los  Acuerdos internacionales o convenios firmados con la Iglesia Católica  ni con el resto de confesiones.

En cuanto a las declaraciones hechas hace unas semanas por el  cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la CEE, Antonio María  Rouco Varela, sobre que el anteproyecto de ley "no parecía de  eutanasia", Martínez Camino ha defendido que "nunca pronunció un  juicio definitivo" sino "primero" y basado en un estudio que se  estaba realizando y que ha dado lugar al documento que se ha  presentado este lunes.

En todo caso, ha aclarado que en esta declaración tampoco se  afirma que se trate de una ley de eutanasia sino que de lo que se  advierte es de que "abre la puerta a prácticas" de este tipo y de que  supone "un retroceso en los derechos de la persona".

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