La asociación de pacientes de artritis de Sevilla, Asepar, reivindicó en la Jornada Sevillana sobre Artritis que se celebró el sábado en la Facultad de Medicina el fin del cierre de las unidades de diagnóstico precoz de esta enfermedad «debido a los recortes», expuso ayer su presidenta, María de los Ángeles Fernández. La clausura de estos servicios provoca retrasos en el tratamiento y en muchos casos, la invalidez. Asepar, que representa a 5.000 afectados en Sevilla (entre un 0,3 y un 0,7 por ciento de la población, por lo que en Andalucía hay unos 30.000, según datos de la propia organización, que eleva a 200.000 los pacientes en España), celebró por todo lo alto esta jornada anual, aumentando a cinco el número de ponencias, para celebrar sus 20 años de existencia. «Nuestra labor comienza por informar y asesorar a un paciente al que le acaban de dar un diagnóstico impactante: tiene una enfermedad que no se cura, por lo que se estarás medicando de por vida, con la posibilidad de brotes muy dolorosos e incapacitantes, que impiden que incluso pueda cepillarse los dientes», introduce la presidenta, ella misma una paciente de artritis idiopática juvenil desde los nueve meses (tiene 48 años), en una conversación en el hospital. «Así que además de información, apoyo y recursos ofrecemos fisioterapia, psicoterapia y consultas jurídicas por el asunto de las incapacidades», añade. Sobre la artritis hay que desterrar muchos mitos. No es una enfermedad exclusiva de ancianas. Sí la padecen, en su variante reumatoide, muchas más mujeres que hombres, pero cada vez padecen artritis más niños. Tampoco está asociada a la práctica de ningún oficio. Hay remedios nuevos que consiguen, ya que no curarla, si detener el deterioro en los huesos. Son fármacos modificados y terapias biológicas y la investigación está dando frutos a pesar del cierre del grifo financiero. Eso sí, estos tratamientos no los prescribe el médico de cabecera, por lo que es importante para Asepar que los pacientes sean derivados a la consulta del especialista antes de que los daños en sus articulaciones sean irreversibles. Los síntomas que deben dar la alarma son inflamaciones y dolores en las articulaciones que se repiten durante una o dos semanas sin que haya un golpe que lo justifique, explica Fernández, en el cargo desde mayo de este año. Es importante, añade la presidenta de Asepar, acudir al médico de familia y que éste derive cuanto antes al reumatólogo. La jornada también ofreció información acerca de las nuevas estrategias de tratamiento, los recursos y redes de apoyo para personas con artritis y los derechos de los pacientes. A la cita acudieron profesionales médicos, trabajadores sociales, pacientes y familiares. La artritis es una enfermedad crónica y autoinmune de etiología (origen, en jerga médica) desconocida que inflama las articulaciones, sobre todo, hombros, codos, cadera, rodillas, pies y columna cervical, provocando que algunos afectados no puedan realizar tareas tan cotidianas como escribir, coger un vaso o abrocharse el pantalón. La artritis es una enfermedad severa comparable al lupus, sólo que ésta última afecta órganos y no a articulaciones. En la artritis es «fundamental el diagnóstico precoz y su evolución en los primeros años», corrobora Carmen Vargas Lebrón, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. «Si tratamos durante los dos primeros años en los que debuta la artritis tenemos una oportunidad para la remisión de la enfermedad. Pasado este tiempo los daños son irreversibles», insiste. De ahí la importancia de que no pasen meses entre la visita al médico de cabecera y el reumatólogo.