-Se ha conseguido cerrar hasta dos congresos con consenso, ¿cómo se ha logrado?
-Tras un proceso de mucha madurez política. Hay coincidencia en lo básico, en el modelo de partido activo y visualizado. Coincidimos en la necesidad de reconstruir un gran partido comunista en Andalucía y España, y en que IU debe ser un movimiento político y social, no un partido clásico. No había motivos para otra cosa que no fuera una sola candidatura en el congreso
-¿Qué debe cambiar el PCA?
-Tenemos que mejorar la capacidad de interlocución social. El partido tiene que ser de verdad un instrumento que le sirva a los trabajadores, tiene que volver a organizarse en los centros de trabajo y allí donde exista el conflicto social y centrarse en la pata social, teniendo en cuenta que la pata institucional debe estar al servicio del proyecto político y de la pata social. Esto junto al impulso de una fuerte renovación generacional y la necesidad despojarse de los complejos de los 90.
-¿Qué complejos?
-Cómo si tuviéramos que explicar constantemente el porqué de nuestra existencia, justificarnos. Existimos porque se dan las mismas condiciones sociales y de reparto internacional del trabajo que se daban en el 1848 cuando se firma el manifiesto comunista. Sigue habiendo una clase explotadora y otra explotada, por mucho que nos hagan estudios sociológicos o que nos quieran decir que hay una supuesta clase media. O se trabaja para otros o vives del trabajo de otros.
-¿Por qué modelo de relaciones con IU apuesta esta nueva dirección provincial?
-El modelo es que el partido debe ser el partido, y no tiene que dedicarse a controlar a IU, pero tampoco dejarse absorber. La soberanía de IU la entendemos porque cuando se vota o se decide todos tenemos que hacer lo que se vota o se decide. Pero nadie nos puede quitar la posibilidad de cohesionarnos o de hacer propuestas en la fuerza política a la que pertenecen.
-IU Sevilla sigue siendo la asignatura pendiente del PCA.
-En Sevilla ocurre una cosa que no pasa en otras provincias. Hay un grupo que es la CUT, respetable dentro de IU, que tiene una fuerte presencia en ocho municipios. Aquí el PCA es la fuerza mayoritaria en la asamblea, pero los otros dos grupos se unieron con una alianza poco política pero sí de interés para evitar que se visualizará que somos la primera fuerza dentro de IU en la provincia.
-¿No se da demasiada carta libre al CUT y a Gordillo?
-La CUT es un partido que tiene muchas cosas que decir en IU, que debe ser un movimiento político y social y tiene que asumir que en su seno, al estar compuesto por grupos distintos, tiene que haber contradicciones y problemas. Estoy en contra de cualquier insinuación que diga que la CUT sobra en IU. Lo que pasa es que al igual que ellos nos dicen alguna vez que por favor no pactemos con el PSOE, les pediría que dejen de pactar con los que al final pactan con el PSOE.
-Precisamente en este último congreso se ha hablado de esa relación con el PSOE, ¿cuál es el modelo del PCA? ¿Distanciarse de los socialistas?
-La relación con el PSOE no se puede medir en una cuestión de distancia geográfica, ni más cerca ni más lejos. Si nos ponemos más cerca, tomamos al PSOE como referencia, pero si nos alejamos también tomamos al PSOE como referencia. Nuestra referencia debe ser el programa, con un fuerte carácter alternativo, con contenidos muy de izquierdas y eso asegura la independencia del proyecto. Si es así, IU no puede tener ningún tipo de miedo a ningún escenario. Lo que ha aprobado claramente el congreso del PCA es que hay que dejar de hablar de pactos y dedicarnos a trabajar por la hegemonia de la izquierda.
-En la capital, el PCA es mayoritario y pacta con el PSOE, ¿qué balance hace de ese acuerdo de gobierno?
-Muy positivo porque si no no se entenderían los ataques furibundos de la derecha política y mediática. No hay antecedentes en España de una campaña tan sucia contra un gobierno municipal. La campaña se entiende desde el punto de vista de clases porque en estos años unos pocos han dejado de ganar mucho.
-Se cuestionan los pactos, pero no el de la capital, ¿aquí si se puede hablar de un pacto antes de las elecciones?
-Nosotros nos dedicamos a disputarle la hegemonia a las demás fuerzas políticas y pedir apoyo para nuestra candidatura. Y después los ciudadanos dirán si los votos permiten o no un pacto. Y aunque las matemáticas lo permitan, habrá que negociar con el programa en la mano.
-¿Pueden perjudicar su relación con el PSOE su crisis actual y la salida del alcalde?
-Somos muy respetuosos con los movimientos internos de otro partido político. El pacto lo hicimos con un partido, no con una persona, los cambios los debe resolver el PSOE. Lo que pasa es que cara a la sociedad no beneficia en absoluto la imagen de poca estabilidad y seriedad que se pueda dar en determinados momentos.
-¿A IU no le perjudica?
-No, es el problema de otra fuerza. IU ha demostrado lealtad al pacto de gobierno, y cuando ha tenido un problema lo ha resuelto de forma inmediata.
-En la provincia sí hubo problemas con el PSOE, ¿se van a replantear estos pactos?
-En el mundo rural el PSOE no ha tenido capacidad para mantener los pactos que sí ha tenido en la capital. El PSOE incumplió los acuerdos globales. Nuestra propuesta es que no se vuelvan a repetir. Eso no quiere decir una política de pactos a la carta. Se deben prohibir los pactos con el PP, pero se puede discutir en función de cada municipio y del programa. Si se dan las circunstancias habrá acuerdo, si no, que cada uno se vote a sí mismo.
