Los padres de la niña británica Madeleine McCann, desaparecida en 2007 sin dejar rastro en Portugal, buscan a una mujer que puede tener información sobre la pérdida de su hija, anunció hoy uno de los detectives contratados por la pareja.
En una rueda de prensa en Londres, el ex policía Dave Edgar divulgó el retrato robot de una mujer de pelo corto a la que, de momento, no se considera "sospechosa" y que guarda cierto parecido físico con Victoria Beckahm, esposa del futbolista David Beckham.
La mujer, con acento australiano o neozelandés, fue vista por dos hombre británicos en Barcelona (noreste de España) el 7 de mayo de 2007, pocos días después de la desaparición de Madeleine, que tenía entonces casi cuatro años de edad.
Los dos británicos vieron en el Puerto Olímpico de Barcelona a la mujer, que iba bien vestida y parecía nerviosa, pues caminaba de un lado para otro a las puertas del restaurante "El Ray de la Gamba" como si esperase a alguien.
Uno de los dos testigos, de 41 años, tuvo una breve conversación con la mujer -de entre 30 y 35 años, delgada y con dominio del español o el catalán- que hace pensar a los detectives que puede saber algo sobre la suerte de Madeleine.
Edgar -acompañado del portavoz de Kate y Gerry McCann, Clarence Mitchell- dijo hoy que la declaración del testigo representa una pista "significativa", si bien no dio detalles ni de ese informante ni de la citada conversación.
El investigador, ex miembro del Royal Ulster Constabulary (antigua Policía norirlandesa), se limitó a comentar que ese hombre resulta "muy creíble" y lo describió como un profesional que ocupa una posición relevante.
Preguntado por qué el testigo ha tardado dos años en hablar, Edgar sólo respondió que se debe a "razones personales".
Los McCann contrataron los servicios de Edgar y otro ex agente, Arthur Cowley, para continuar la búsqueda de su hija, después de que la Policía portuguesa diera por cerrada la investigación oficial del caso en julio de 2008.
Madeleine desapareció el 3 de mayo de 2007 mientras dormía junto a sus dos hermanos gemelos, Sean y Amelie, en un apartamento de Praia Da Luz (Algarve portugués), mientras sus padres cenaban en un restaurante próximo.
Pese a la intensidad de las pesquisas policiales lusas y la enorme publicidad que se dio al caso en todo el mundo, la desaparición de la pequeña continúa siendo un misterio.
