Los padres de un colegio de Camas preparan movilizaciones

Con sus protestas quieren reclamar a Educación que concluya las dos fases del nuevo Raimundo Lulio, ya que el viejo está en mal estado.

el 06 feb 2014 / 23:19 h.

colegio Raimundo Lulio de Camas Los padres de alumnos del colegio público de Camas Raimundo Lulio ya están cansados de las condiciones en las que sus hijos tienen que recibir clases, puesto que sufren graves carencias, tanto en el nuevo centro que se inauguró este curso como en el viejo. Pero su paciencia se agotó cuando a finales del año pasado escucharon a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que se iba a realizar una inversión de 4,5 millones de euros para hacer un nuevo colegio en Mairena del Aljarafe, «mientras nosotros seguimos esperando a que concluyan las dos fases del colegio que quedan y para lo que no nos dan plazos», se lamentó la presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del centro, Pili Celia. Esta portavoz de los padres aseguró que en la Delegación de Educación les dicen que para hacer las dos fases del colegio que quedan pendientes hay que esperar a un nuevo Plan OLA –una información que confirmaron fuentes de Educación–, «cuando para el centro de Mairena del Aljarafe sí hay fondos. Es todo un agravio comparativo», se quejó. Por ello, hoy por la tarde la AMPA mantendrá una reunión en la que se acordará iniciar movilizaciones para exigir a la Junta de Andalucía que cumpla con el colegio. Celia explicó ayer que los niños del Raimundo Lulio están divididos en los dos edificios, «que se encuentran a una distancia de unos 600 metros, con lo cual las familias que tienen niños en los dos edificios tienen graves problemas a las hora de llevarlos y recogerlos». A ello se une que en el edificio antiguo, donde estudian los más pequeños –Infantil, primero y segundo de Primaria–, está en muy malas condiciones, porque es un colegio de los años 50, «donde prácticamente no se ha hecho nada», explicó Celia, quien indicó que como los techos tenían goteras se instaló una tela asfáltica, «que con el calor se recalienta y da mucho calor, además de desprender mal olor». Pero si el inmueble viejo está mal, el nuevo también tiene carencias. Según la presidenta de la AMPA, la luz estuvo enganchada a la red pública, además de no tener ni teléfono ni internet, «por lo que las pizarras electrónicas no se pueden utilizar».

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