¿Una semana sin ayuntamiento?

Comienza la huelga de tres días convocada por una plantilla municipal para solucionar el impago de sus nóminas.

el 17 feb 2014 / 18:46 h.

Protesta de trabajadores y vecinos de Los Palacios Movilización de trabajadores del Ayuntamiento de Los Palacios ante la Subdelegación del Gobierno, en la Plaza España. / El Correo Los casi 400 trabajadores municipales de Los Palacios y Villafranca comienzan hoy, después de dos años y medio de legislatura arrastrando nóminas impagadas, la movilización más severa y desesperada de cuantas han llevado a cabo: una huelga de tres jornadas labores –hasta el jueves incluido– que mantendrá el Ayuntamiento bajo mínimos, después de un lunes en el que el equipo de gobierno, con su alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), a la cabeza, lideró una concentración ante la Subdelegación del Gobierno en Sevilla para exigir que «se flexibilicen las condiciones de los préstamos que nos vimos obligados a pedir para pagar los planes de pago a proveedores», en palabras del regidor, que incluso publicó un bando explicando la situación y llamando a la movilización a los 38.000 habitantes de Los Palacios. «De no atenderse nuestra reclamación, muchos ayuntamientos pueden colapsarse», ha advertido Valle, amparado en que también la Diputación apoya unánimemente la reivindicación. «En nuestro caso, en agosto pasaremos a pagar 900.000 euros trimestrales, en vez de los 300.000 que pagamos ahora», añade el regidor palaciego. Pero al margen del peligro de colapso futuro, son los funcionarios y eventuales de este Ayuntamiento –que arrastra una deuda global de 100 millones de euros– los que peor lo están pasando desde junio de 2011, pues las casi seis nóminas que se les debe hoy los han empujado a convertir en acciones habituales la petición de anticipos, la negociación con los bancos y hasta recurrir a instituciones benéficas. Los trabajadores solo quieren cobrar, sobre todo para estabilizar una vida cotidiana que les ha cambiado bastante. Para ello acudieron primero a los sindicatos, cuya división por afinidades políticas no les satisfizo el deseo de unión que han reclamado luego mediante asambleas del comité de empresa y la junta de personal, al margen de siglas. En noviembre, redactaron una carta abierta exigiendo la «unión de todos» –partidos, sindicatos y ciudadanía– para buscar una solución al pago de sus nóminas. Incluso repartieron 10.000 copias de la misiva por todo el pueblo y se la enviaron a destacadas instituciones como el Defensor del Pueblo. Pero la división no tardó en hacerse notar en el pleno, entre las secciones sindicales y hasta entre una ciudadanía que ve el problema desde la barrera. La Unión es precisamente el emblema de un pueblo que nació en 1836 de la conexión entre Los Palacios y Villafranca de la Marisma, y es ese espíritu histórico cargado de utopía el que enarbolan ahora todos los partidos en sus declaraciones públicas. Pero otra cosa son los hechos. A principios de este mes, la junta de personal y el comité de empresa, además de los sindicatos UGT, CSIF y SPPEME (sindicato de la Policía Local), convocaron una huelga para los días 18, 19 y 20 de febrero. El alcalde no tardó en adelantarse un día –el lunes 17– para convocar su concentración ante la Subdelegación del Gobierno. Y los partidos de la oposición, como PP y PSOE, le afearon su oportunismo y su falta de solidaridad al empañar una movilización que debía ser protagonizada solo por los trabajadores en huelga. «No creo que la deuda sea adecuada porque el problema es que no hay dinero», dice el alcalde. Y lo apoyan los sindicatos CCOO y SAF, que no secundan la huelga. Pero la huelga comienza hoy, precisamente el mismo día en que acude a los juzgados de Utrera el exalcalde, Antonio Maestre (PSOE), para declarar como imputado por prevaricación, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias en torno a la descapitalización de Idelpa (la empresa municipal encargada de la promoción de viviendas protegidas ya en concurso de acreedores)

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