Los milagros existen. No panes, ni peces: hechos con origen sobrenatural, aplicados a nuestra rutina. Ayer se celebró el Día del Libro, con descuentos y manifiestos, ojalá que con lectores: ignoro si las instituciones pasearon estadísticas, pero deduzco que las cifras se zambullirían -de nuevo- en el fracaso. Pero existen los milagros. Me refiero a programas como los de fomento de la escritura, y por tanto de la lectura, que se impulsan en Andalucía desde el Pacto Andaluz por el Libro. María Luisa Torán -gerente de PAPEL- y su equipo desarrollan tres líneas de apoyo a los adolescentes de la comunidad que comienzan a escribir, que finalizan sus primeros textos, y no saben a dónde dirigirse, ni cómo valorarlos para conocer si valen la pena, o merecen una reescritura.
Así, PAPEL convoca el Certamen Andaluz de Escritores Noveles, en narrativa y poesía y de los diez a los veinte años, y los textos ganadores se difunden en una publicación que habrán encontrado en estos días en librerías, bibliotecas? Estos mismos ganadores, y los de años pasados, disfrutan de una beca en la Escuela de Verano, con cursos de narrativa y poesía, encuentros con escritores, y convivencia con sus profesores y -sobre todo- otros chavales apasionados de la literatura. Y para los veteranos ya jubilados de la Escuela queda el Foro de Escritores Noveles -la edición de 2009 se celebró en Antequera el fin de semana pasado-, con más talleres, más charlas, más horas para intercambiar opiniones, y poemas, y lecturas, y relatos.
He disfrutado de estos escritores noveles -ya autores sin adjetivos, con talento y rumbo claro- en la Escuela, en el Foro, como jurado del Certamen. Les prometo que me resultaba difícil creer que hoy, cuando lo audiovisual ha devorado a la literatura, cuando abrir un libro significa para muchos un gesto aburrido, triste, solitario, pudiera toparme con chavales cuya ilusión me envejece, y al mismo tiempo me ayuda a recuperar la fe: los milagros existen, y PAPEL lo demuestra.
