-¿Funciona la Justicia en España? Entienda por funciona lo que debemos entender.
-Claro que sí. La cuestión es cómo lo hace. Hay que hacer autocrítica y hay motivos para pensar que hay cosas que no hemos sabido hacer bien pese a los muchos esfuerzos. Urge ponerla a la altura de los servicios públicos más avanzados del país.
-¿Y el sistema?-Se ha quedado desfasado y no se adecua a las necesidades sociales. Hace falta una reforma integral y es lo que llevó al ministro a presentar el plan de modernización. El plan es un bloque de reformas, cambios organizativos y mejoras tecnológicas.
-¿Y cuándo estará listo?
-El primer objetivo marcado son los tres próximos años.
-Entonces, ¿en 2012 todo funcionará a la perfección?
-Desde el primer día que llegamos al ministerio se han dado pasos importantes. Ya hay leyes en el Senado que abarcan más de 900 artículos. Dentro de tres años estaremos, evidentemente, mejor que ahora. Habrás más jueces, más fiscales y nuevos instrumentos normativos para dar al sistema judicial más eficacia.
-¿Cuándo se dejó morir a la justicia hasta llegar al nivel que ofrece hoy día?
-Nunca se ha dejado morir, todos los gobiernos han hecho esfuerzos. El punto que diferencia este plan del resto es el compromiso del presidente del Gobierno. En su investidura, Rodríguez Zapatero recalcó que la reforma era inaplazable. Es el plan de todos y es el acuerdo de la sociedad.
-¿Al secretario de Justicia se le cae el alma a los pies cuando ve la situación actual de muchos juzgados?
-Por supuesto que me duele ver la situación de muchas dependencias judiciales pero lejos de caer en el desánimo esta situación nos impulsa a ver la urgencia que hay. No hay que perder el objetivo real del servicio de Justicia, que es el ciudadano y superar la imagen actual que tenemos.
-¿Y este plan en qué pilares se asienta?
-En un servicio de calidad con una tutela profesional altamente cualificada. También se apoya en una tecnología avanzada. Será un servicio que mire a los ciudadanos, con esfuerzos colegiados y que potenciará el papel de España en el plano internacional. Y otro objetivo es el papel cero. Los papeles y los carritos van a desaparecer. No hay otra opción.
-Hace pocos días dijo el ministro Caamaño que la reforma no es una cuestión económica. ¿De qué tipo de cuestión se trata entonces?
-Los medios hacen falta, por supuesto, pero por encima está la manera de conjugarlos. Todos los gobiernos han invertido mucho dinero pero ninguno se ha comprometido tanto como el actual. El compromiso es brutal y nosotros mismos nos queremos poner la soga en el cuello. Los presupuesto de este año sí miran a la Justicia.
-Quitando el dinero, ¿por qué no se hizo antes esa conjugación?
-Porque no se colegiaron los esfuerzos. Las coyunturas son según el momento. Ahora, el 77% de la población dice que la Justicia funciona mal y todo el arco político se une para sacar este paquete de reformas por unanimidad. El sistema judicial actual está fagocitado.
-¿Cómo han negociado la partida económica con la situación económica actual?
-Es un compromiso, repito, del presidente del Gobierno. No hubo obstáculo alguno por parte del Ministerio de Economía a la hora de presupuestar. No es el plan de un ministro de Justicia sino de un Gobierno.
-¿Qué dejará este plan en Sevilla?
-Aún no está territorializado pero habrá reestructuración de oficinas judiciales. En Sevilla tendrá más repercusión que en otras provincias. No es un plan para provincias sino que ve la unidad de la Justicia, y se ejecutará en colaboración con las diferentes comunidades autónomas.
-El día 8 de octubre hay anunciada una huelga de jueces, aunque algunas asociaciones ya se han desmarcado. ¿Confía en que se termine de desconvocar?
-Ojalá reconsideren la situación pero la huelga es de la Asociación Profesional de la Magistratura contra ellos mismos. Es un tema que tendrán que explicar ellos mismos a la sociedad y no creo que haya motivos porque se han atendido muchas de sus pretensiones iniciales, y otras están en curso. Serán los propios jueces quienes tengan que dar las explicaciones de por qué han decidido ir a la huelga.
-¿Qué piden que ustedes no pueden dar?
-No se trata de dar y pedir, sino de modernizarse. La mesa de diálogo es permanente desde el 6 de marzo, y vamos a seguir, el calendario; no tiene fin. Hay que contar con ellos.
