En su informe anual, el Defensor no oculta su "tremenda sorpresa" por esta queja, recibida en noviembre. La vecina, de la calle San Lorenzo de la capital almeriense, solicitaba la intervención de esta institución, si bien la queja se archivó al entender el Defensor que no podía intervenir ni pedir responsabilidades a ninguna administración, ya que no se estaba vulnerando ninguna ley como sí puede ocurrir en el caso de los locales de ocio, sometidos a límites en la emisión de decibelios, horarios restringidos y normativa en cuanto a la insonorización en el caso de pubs y discotecas.
Con todo, además de destacar que "las consecuencias negativas para la población" derivadas de la crisis "se dejan ver en muy diversos ámbitos", el Defensor subraya que una queja como esta confirma que la población tiene cada más "sensibilidad acústica" y mayor conciencia de los derechos que puede esgrimir.
Así, desea que en el mismo sentido aumente también la sensibilidad "acerca de la situación límite que desgraciadamente están viviendo muchos hogares en nuestro entorno". Lo que no queda claro es si Chamizo apela a la mayor sensibilidad de las autoridades para combatir la contaminación acústica o a la de los ciudadanos para con sus semejantes afectados por el drama del paro. Aunque sean ruidosos.
Precisamente, las quejas sobre los ruidos de los locales de ocio y las molestias que generan entre los vecinos llevó a Chamizo a dictar una resolución en la que instaba a la Administración andaluza a adaptar la normativa sobre los horarios restringidos de los locales con terraza exterior no tanto al tipo de establecimiento del que se trata sino a su ubicación dentro de la ciudad. El Defensor criticaba que las autorizaciones para instalar veladores concedidas por los municipios "únicamente tienen en cuenta la ocupación que suelen conllevar del dominio público" y no su incidencia sobre el medio ambiente y que se pida un informe ambiental cuando abre un nuevo establecimiento hostelero pero no cuando luego instala veladores "a escasos metros de viviendas".
El año pasado la Junta presentó un borrador del nuevo Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica en Andalucía, en el que el Defensor echa en falta que regule el control y régimen sancionador de "los ruidos producidos por actividades domésticas o comportamientos de vecinos" que provocan "numerosas quejas".
Chamizo denuncia en su informe que no todos los ayuntamientos cuenten con ordenanzas municipales que regulen la contaminación acústica y reclama que se homogeneicen unos parámetros comunes sobre las fuentes de ruidos.