Socialistas y populares restaron importancia ayer la pitada que recibieron los Reyes el pasado domingo en Barakaldo (Bilbao) durante la final de la Copa del Rey de Baloncesto.
Así, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, condenó de forma absoluta y tajante la pitada pero resaltó el cambio de clima político en el País Vasco que ha propiciado la presencia del jefe del Estado en este acto. Igualmente, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, la calificó ayer de "anécdota puntual". "No debemos confundir una anécdota puntual con los aplausos reiterativos y el apoyo claro y contundente que la Casa Real tiene en este país", manifestó Pajín en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal de los socialistas.
Algo más molesto sí se mostró molesto el lehendakari, Patxi López, quien aseguró que "no le gustan las faltas de respeto" y dijo que él "no se mueve por himnos", pero destacó que "hay gente que está detrás de esos himnos y merecen respeto, cosa que e domingo en algunos momentos no se tuvo en recinto deportivo.
Quien sí se mostró a favor de la pitada a los Reyes fue el senador del PNV Iñaki Anasagasti, quien se congratuló por lo ocurrido y aseguró que los vascos no perdonarán al monarca que pidiera en febrero del año pasado al ahora lehendakari, Patxi López, y al presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que desalojaran a Juan José Ibarretxe del Palacio de Ajuria Enea "porque llevaba muchos años gobernando".
En un artículo publicado en su blog, Anasagasti se refirió a las declaraciones de Basagoiti en las que afirmó que "la pitada al Rey se va a convertir, en breve, en un gran aplauso", y señaló que ello "sólo denota lo alejado de la realidad que está este líder de la derecha propiciadora de la pena de muerte". Tras asegurar que al Rey "cada vez se le pita más" señaló que "muy mal tiene que estar para que un personaje de tres al cuarto como Basagoiti sea su única defensa" en el País Vasco.
